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Lo que tenés que saber sobre el DieselGate de Volkswagen

¿Qué y cómo hizo VW? ¿Cómo los descubrieron? ¿A quiénes afecta?

Lo que tenés que saber sobre el DieselGate de Volkswagen

Volkswagen está metido en un verdadero escándalo que se desató hace aproximadamente una semana, cuando la EPA (Environmental Protection Agency) de Estados Unidos reveló que había encontrado que el Grupo alemán había hecho trampa para que sus motores a diésel lograran cumplir con los estándares de emisiones de gases contaminantes impuestos por el gobierno mediante un software que modifica el comportamiento del motor cuando detecta que está siendo sometido a una prueba.

Ya se habla de multas multimillonarias, el CEO de Grupo Volkswagen, Martin Winterkorn, ya renunció a su puesto y las acciones de la empresa se encuentran un 30% abajo. ¿Qué pasó? Aquí te lo explicamos paso a paso.

 

¿Cómo empezó todo?

En 2008, el Gobierno de Estados Unidos limitó el número de partículas de NOx (óxido nitroso) que podían emitir los motores de autos que se vendieran en dicho país. Algunos fabricantes recurrieron a una tecnología de inyección de Urea en el catalizador para eliminar gran parte de estas partículas, sin embargo Volkswagen aseguró que con su tecnología Clean Diesel no eran necesarias este tipo de soluciones y que cumplirían perfectamente con las regulaciones… y así fue, durante las pruebas de la EPA los productos de VW cumplieron con los requerimientos en materia de emisiones y se encargaron de restregárselo en la cara a todos sus competidores.

Todo iba muy bien hasta que en 2013, el organismo llamado International Council on Clean Transportation decidió iniciar una investigación en conjunto con la Universidad de Virginia del Oeste, sin dolo, para evaluar la viabilidad del diésel como una verdadera fuente de energía con menos contaminantes.

El estudio tomó un Volkswagen Jetta 2012, un Passat 2013 y un BMW X5, todos diésel y los sometieron a pruebas en condiciones reales y de laboratorio, encontrando diferencias abismales entre ambas pruebas en los productos de la marca de Wolfsburg.

Mientras que el BMW cumplía perfectamente con los estándares en las dos pruebas, el Jetta excedía entre 15 y 35 veces el nivel de óxido nitroso emitido en las pruebas de conducción real, mientras que el Passat entre 5 y 20 veces.

El organismo y la Universidad entonces compartieron sus hallazgos con la Environmental Protection Agency y la California Air Resources Board quienes juntos enfrentaron a Volkswagen en 2014. Por supuesto, la marca alemana refutó diciendo que las pruebas tenían varios problemas técnicos pero accedió voluntariamente a hacer un llamado a revisión de casi 500.000 unidades en diciembre de 2014 para implementar un software que resolvería el problema.

Esto no sucedió, así que la CARB y la EPA continuaron haciendo exámenes para encontrar la razón por la qué durante las pruebas de laboratorio los VW sí cumplían con los estándares, pero en las pruebas dinámicas no, lo cual nos lleva a la siguiente pregunta.

 

¿Cómo lograron engañar a la EPA?

El gran hallazgo de la EPA fue el llamado Switch electrónico o “Defeat Device”, un programa que monitorea la posición del volante, la velocidad del vehículo, por cuánto tiempo ha estado encendido el motor y la presión barométrica para determinar si el vehículo se está usando en condiciones normales o de prueba, modificando entonces el comportamiento del motor para así emitir menos gases contaminantes si se trata de la última.

Esto no sólo comprobaba la “trampa” sino que Volkswagen también estaba bien consciente de ello y lo ocultó por siete años, vendiendo casi medio millón de vehículos que pueden ser catalogados como ilegales en Estados Unidos.

El 3 de septiembre pasado, la EPA Y CARB confrontaron a VW con evidencias claras del software provocando que la marca alemana lo reconociera finalmente. El viernes 18 de septiembre lo hicieron público y se anunció que el Grupo Volkswagen podría ser condenado a pagar una multa de hasta USD 37.500 por vehículo vendido, o sea más de 18 mil millones de dólares.

 

Las consecuencias se hacen presentes

-Al abrir los mercados el lunes siguiente, las acciones de Volkswagen se desplomaron más del 20%, provocando que el CEO de Grupo VAG, Martin Winterkorn, se disculpara por haber roto la confianza de sus clientes y el público.

-Al día siguiente, las acciones de la marca se desplomaron otro 20% y se anunció que el llamado “Defeat Device” podía estar presente en más de 11 millones de unidades pero que la compañía ya tenía apartado un fondo de 6.500 millones de euros para remediar el problema en sus autos.

-El 23 de septiembre de 2015 Martin Winterkorn renunció a su puesto, afirmando que Volkswagen necesita empezar desde cero y con una nueva cara al frente de la empresa. El encargado será Matthias Müller quien se había desempeñado hasta ahora como delegado de la marca Porsche dentro del Grupo Volkswagen.

-Ya se habla de despidos en las grandes esferas del Grupo. Los siguientes serán Michael Horn, cabeza del grupo en Estados Unidos, Ulrich Hackenberg, quien supervisaba el desarrollo e investigación de Audi y Wolfgang Hatz, encargado de desarrollo e investigación en Porsche.

 

¿Cómo afectará todo este escándalo?

Primero que nada está el tema de las multas, normalmente en este tipo de escándalos los abogados logran hacer un trato cuando la empresa está poniendo de su parte para resolverlo, en este caso con los 6.500 millones de euros que Volkswagen destinaría a enmendar los vehículos afectados. Esto podría bajar la multa pero definitivamente será la más grande que hayamos visto, bastante más que los 1.200 millones que pagó Toyota en 2014 con el “pedalgate”.

Después está el tema de la producción, ya que la venta de vehículos con el motor 2.0L TDI en Estados Unidos está detenida. Esto afectará a las plantas donde se producen estos vehículos y ¿cómo harán para sacar el inventario ya producido? Primero tendrán que modificarlo, ya sea físicamente o por un software (algo que intentaron antes con el llamado a revisión en 2014, pero no funcionó) pero ¿Quién va a querer comprarlos después de este escándalo de magnitudes extraordinarias?

Los nuevos productos con el “problema” arreglado que salgan de las líneas de producción tardarán en llegar debido a que tendrán que hacer serias modificaciones al tren motriz y a la plataforma para llegar a los estándares establecidos, Se llevarán miles de millones de dólares en investigación y nada les garantiza que los consumidores volverán a confiar en la marca.

Los vehículos en cuestión son 482.000 unidades diésel con el motor llamado EA189 de los modelos Jetta, Beetle, Audi A3 y Golf vendidos entre 2008 y 2015 en Estados Unidos y Passat vendidos entre 2014 y 2015.

 

¿Cómo se podría resolver?

Volkswagen tiene que remediar el daño ecológico, probablemente con dinero en las multas, después tendrá que arreglar los autos que ya circulan en los caminos de Estados Unidos y lo puede hacer mediante el software –que sería lo más “barato”- o recurrir a la tecnología de urea en el catalizador para lograrlo. Esto último trae complicaciones tanto monetarias como de tecnología y espacio, ya que esta tecnología necesita un pequeño tanque que se tiene que rellenar constantemente para que funcione ¿dónde van a poner dicho tanque? Las modificaciones mecánicas serían monumentales.

Finalmente está el tema legal, pues el gobierno norteamericano ya abrió un juicio penal en contra de la empresa pues finalmente cometió un delito al vender estas unidades que no cumplen con las reglamentaciones del país. ¿Qué pasará en ese sentido? ¿Quiénes se harán responsables? Seguramente en unos días o meses lo sabremos.

Finalmente, hay que recordar que los modelos diesel del Grupo VW no están cumpliendo con las normas anticontaminación de NOx de EE.UU., pero podrían estar pasando tranquilamente las Euro actuales que son más permisivas con dicho gas.

 

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