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Prueba Chevrolet S10: Vuelve a la carga

La casa del moño renovó a su pick-up mediana, ¿le alcanzará para pelear contra los líderes del segmento?

Prueba Chevrolet S10: Vuelve a la carga

Después de muchos años de tener la primera generación de la S10, Chevrolet finalmente lanzó la nueva encarnación en 2012, y durante 2016 le aplicó una actualización que cubrió cambios estéticos, del interior, de equipamiento y algunas sutiles mejoras mecánicas.

Mecánica

En este aspecto, la renovada Chevrolet S10 mantiene el mismo 2.8 litros de 200 caballos y 440 Nm con la caja manual o 500 Nm con la automática, pero le hizo algunos cambios para mejorar su rumorosidad y vibraciones.

sus consumos que en nuestras pruebas fueron muy buenos

La dirección pasa de asistencia hidráulica a eléctrica y se hicieron sutiles retoques para mejorar tanto peso como rendimiento aerodinámico, todo con el objetivo de reducir sus consumos que en nuestras pruebas fueron muy buenos.

En ciudad y con tránsito moderado, el mejor registro fue de 9.9 L/100 km, algo asombroso para esta mole, y en ruta, a 120 km/h de velocímetro -unos 116 reales- pide a cambio 8,3 Litros de gasoil cada 100km.

Seguridad

En cuanto a la seguridad, la Chevrolet S10 tiene una combinación de elementos destacados con otros no tanto.

Las tope de gama ya ofrecen los nuevos “trucos” de Chevrolet 

Comenzando por el debe, solo dispone de 2 airbags en toda la gama y no hay laterales o de cortina ni en el tope de gama, High Country. En el lado positivo, todas las renovadas S10 tienen ESP con controles de ascenso y de descenso de pendientes.

Las tope de gama ya ofrecen los nuevos “trucos” de Chevrolet como el indicador de presión de neumáticos, la advertencia de colisión con autofrenado y el sistema de aviso de cambio involuntario de carril.

Diseño e interior

Estéticamente, la renovación de la S10 la adapta a los nuevos parámetros globales de la marca que se aprecian en el capot que se curva hacia abajo en el borde, la parrilla doble con delineado cromado y los faros trapezoidales, ligeramente rasgados. Unas falsas tomas de aire que envuelven los rompenieblas y siguen su recorrido circular dan el aporte SUV-deportivo.

Se adapta a los nuevos parámetros globales de la marca 

Uno de los cambios más notorios de la Chevrolet S10 está en el interior que recibe un tablero nuevo. Ahora las líneas son más horizontales y dan mayor sensación de robustez, mientras que la calidad percibida mejora, tanto en encastres como en materiales y decorados.

Entre los elementos destacados están la fila de teclas estilo retro y la pantalla táctil de 7” u 8” que además funciona muy bien, tanto que llama la atención que la renovación de la S10 no haya llegado con OnStar.

Finalmente, el cuadro de instrumentos deja de lado los relojes profundos estilo Camaro y facilita su lectura.

Equipamiento y confort

La gama está compuesta por 4 versiones: LS, LT, LTZ y High Country, el modelo que estamos manejando, en este caso con caja manual.

La gama está compuesta por 4 versiones: LS, LT, LTZ y High Country

¿La dotación? Muy interesante especialmente en confort y en algunos gadgets tecnológicos que incluyen sensores de estacionamiento delanteros y traseros, regulación eléctrica para el asiento del conductor, tapizado en cuero y navegador. Esto es en las más equipadas, pero podés ver que trae cada versión haciendo click acá.

Comportamiento dinámico

Ya hablamos de toda la parafernalia que tiene la Chevrolet S10, llega el turno de ver cómo se siente cuando la manejamos.

Se siente muy serena y libre del traqueteo diésel

Desde la cabina, la S10 se siente muy serena y libre del traqueteo diésel, especialmente cuando regula. La dirección eléctrica es una bendición en este caso, lo que perdemos de tacto, que no es tan importante en una pick-up, lo ganamos en suavidad y comodidad, especialmente a bajas velocidades. Sobre esto hay que sumar ajuste en las suspensiones para mejorar el confort de marcha.

La posición de manejo resulta algo incómoda debido a la ubicación de la pedalera y la falta de ajuste en profundidad del volante, mientras que los asientos, al menos en la High Country, son muy cómodos.

La dirección eléctrica es una bendición en este caso

El 2.8L empuja muy bien, pero debajo de las 1.500 rpm se siente adormecido. Esto quiere decir que a bajas velocidades pide colocar 1º más de lo deseado y si descuidamos mucho el tacómetro el motor puede apagarse. Esto no pasa si optamos por la caja automática que se encarga de esa tarea por nosotros. A favor de la transmisión manual podemos decir que el pedal del embrague se siente más suave y su acople menos brusco que antes.

En ruta, la 6º larga le permite viajar relajada, lo que se traduce en una baja rumorosidad dentro de la cabina. Además la estabilidad es muy buena, especialmente teniendo el tamaño, peso y altura de esta pick-up.

Conclusiones

Cuando llegó la segunda generación de la S10, representó un salto inmenso respecto del modelo que reemplazaba; sin embargo, la competencia también había avanzado mucho y por eso no llegaba a lucirse.

Chevrolet siguió sumándole mejoras 

Afortunadamente, Chevrolet no se quedó quieta y siguió sumándole mejoras como más potencia, caja de 6º y ahora también renueva la imagen y el interior, agrega tecnología y también atiende la calidad percibida del interior.

¿Cómo queda respecto de la competencia? Bueno, puede ser que en el tope de gama te llamen más la atención otras propuestas; sin embargo, un punto fuerte de la S10 es que todas las versiones tienen el mismo 2.8L de 200 caballos. Como es nuestra costumbre, nosotros te contamos lo que nos parece cada modelo que probamos, y vos sacás tus propias conclusiones.

Chevrolet S10 a prueba

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