Sin duda alguna, uno de los autos compactos deportivos más recordado de los últimos años fue el Civic SiR que llegó con la primera generación que conoció el mercado mexicano. La siguiente generación del Civic dejó a los mexicanos con las ganas de una versión verdaderamente deportiva y es hasta ahora, con el afortunado rediseño que ya circula comúnmente por nuestras calles que tenemos nuevamente una versión deportiva denominada Si.
Adicionalmente y para beneplácito de aquellos que gustan de un vehículo de carácter deportivo pero que por necesidades o meramente por gusto prefieren los cuatro puertas, el Si estrena una versión sedán adicionalmente a la atractiva configuración de coupé.
No es nada nuevo que el Civic es el compacto más atractivo del mercado, el Si no es la excepción y los cambios con respecto de la versión tradicional son relativamente menores, pero le dan la personalidad necesaria y lo delatan como una versión más vitaminada del popular vehículo.
En el exterior, unas llantas de diseño especial de 17", alerón trasero y la salida de escape cromada, así como unos pequeños emblemas denotan su estirpe. Mientras que en el interior, unos asientos deportivos forrados en tela negra con costuras rojas, pomo de la palanca de cambios y pedales con insertos en terminado metálico y una iluminación del tablero en color rojo hacen lo propio desde la cabina.
Los asientos son cómodos y ofrecen buena sujeción no solo desde la cadera y cintura, sino también para los hombros. El equipamiento de confort es amplio y destaca el aire acondicionado automático, el equipo de audio con capacidad de reproducción MP3 y entrada miniplug para el reproductor preferido.
Pero lo mejor del Si está bajo el cofre, el 2.0 litros de 200 cv es en verdad una joya. Si bien es cierto no entrega el torque en baja que sus rivales turbocargados si tienen, el Civic Si tiene una serie de virtudes que provienen de su elástico motor de altas revoluciones. El sonido es sin duda fascinante y conforme nos acercamos a las 8,000 rpm lo es aún más. Es notable cómo al pasar las 6,000 vueltas y hasta las 7,800 la potencia aflora más fácil y el auto empuja con mucha decisión.
El comportamiento dinámico también es muy bueno, la dirección es de asistencia eléctrica y Honda ha logrado que sea rápida y precisa, aunque como todos los sistemas de dirección de ese tipo, no deja de sentirse algo artificial. Por otro lado, las supensiones fueron totalmente revisadas. Son más rígidas y las barras estabilizadoras son más anchas, lo que le permite al Si acometer curvas con mayor seguridad y velocidad.
La transmisión es manual de seis relaciones con los tiros de la palanca muy cortos y de funcionamiento muy suave, el embrague es relativamente duro, nada que llegue a cansar y el punto de corte está ubicado muy abajo, lo que aunado a lo anteriormente mencionado, faculta al conductor para hacer los cambios en verdad rápido.
Veredicto
El Civic Si se erige como una opción excelente en el creciente segmento de los deportivos medianos, tiene un balance muy bueno entre equipamiento, desempeño y estilo. Adicionalmente, su configuración de sedán, permitirá a los entusiastas con familia, tener las ventajas de un familiar y el desempeño de un deportivo.
El nivel tecnológico que ofrece Honda en este modelo también es un punto a considerar y más aún lo es su interior, que sigue siendo referencia en cuanto a diseño y modernidad en el segmento. Quizá el único problema sea que la ubicación del freno de mano propicia que la rodilla derecha se impacte constantemente contra el mismo, causando cierta incomodidad.
Por último, la elección en el segmento no es nada fácil, el Vento 2.0 Turbo FSI se erige como un duro rival a vencer y aquel que goza de la mayor popularidad en el consumidor argentino.
Lo que alegra el día:
- El sonido del motor
- Desempeño racing, llegar a las 7,800 rpm se vuelve un vicio
- Capacidades de carga para toda la familia
- La iluminación del tablero en rojo
Lo que faltó:
- Una posición más ergonómica para el freno de mano
- Mejor desempeño en la parte baja del tacómetro
- Precio algo elevado
Por Rubén Hoyo