Si alguien hubiese pensado que escenas de la película que hace 30 años protagonizó James Bond, "La espía que me amó" (donde había un auto que viajaba bajo el agua) se convertiría en realidad en el siglo XXI, ni loco lo hubieramos soñado.
Pero, los sueños se hacen realidad. Y esa película de ficción hoy es realidad: nació el coche-submarino Rinspeed sQuba.
Puede sumergirse hasta 10 metros baja es agua, mediante dos hélices de la popa y a dos potentes unidades de chorro ubicadas en la proa.
Un sistema de ventilación para el pasajero y el conductor hacen que los trayectos submarinos sean factibles.
La carrocería del vehículo está fabricada con fibra de carbono y nanotubos de alta resistencia.
Este concepto posee un motor eléctrico que genera un brioso par motor para las ruedas traseras.
Pero también anda en el asfalto. Es totalmente ecológico porque su motor elécrico asegura CO2.
