Terrible es la situación por la que están atravezando los concesionarios de automóviles en España.
Durante el mes de julio los ventas cayeron un 27%, lo que esto significaría que si el mercado no repunta en este próximo sementre, las ventas anuales caerían un 25% con respecto al año 2007.
Fuentes consultadas apuntan a que se está produciendo un cambio en los hábitos de compra de los consumidores españoles, puesto que anteriormente las ventas de vehículos se incrementaban en los meses previos a los periodos vacacionales y ahora este fenómeno "ha desaparecido".
Y este cambio en los hábitos se está produciendo por distintos aspectos económicos negativos. El Banco de España ha revisado las previsiones de crecimiento, además de que ha habido un estancamiento del empleo y el paro ha aumentado un 10,4 por ciento.
El índice de confianza de los consumidores se ha situado en mínimos históricos, lo que sumado a un repunte del ahorro y a una menor renta disponible está afectando a las ventas de bienes de consumo duradero, que son los primeros que sufren las dificultades económicas.
Despidos masivos
Esta situación puede llevar, -si se concreta los datos que se manejan en el mercado, en cuanto a una retracción en las ventas durante agosto del 40%- a que se produzcan despidos, llegando los mismos a la suma de 15.000 personas.
La Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto), fijo su posiciòn ante este grave problema, explicando que:" Los concesionarios encarnan un modelo empresarial de creación y consolidación de riqueza y puestos de trabajo que merece el reconocimiento y protección de la sociedad y los poderes públicos".
Por otra parte, considera que: "una suavización de los tipos de interés y una estabilización de la cotización del Brent podrían contribuir a animar la decisión de compra de los consumidores afectados por el fuerte endeudamiento hipotecario familiar, la desconfianza en la evolución de la economía, y las fuertes restricciones crediticias por parte de bancos y cajas".