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Industria

Detroit: la supervivencia o la muerte de un final anunciado

No les queda otra que concentrarse en autos pequeños.

Detroit: la supervivencia o la muerte de un final anunciado

El rescate multimillonario a las poderosas automotrices estadounidenses es un epílogo adecuado para la larga y tortuosa relación entre Detroit y Washington.

Las automotrices contribuyeron a que EE.UU. ganara la Segunda Guerra Mundial al ceder sus plantas para fabricar tanques y aviones. Luego motorizaron a la clase media.

Las automotrices también irritaron a importantes sectores de Washington en los últimos años al combatir los esfuerzos para reforzar los estándares de seguridad y economía de combustible, y resistir los llamados para hacer más sobre el cambio climático.

Ahora, a los fabricantes de Detroit no les queda otra que concentrarse en los autos pequeños que gastan menos combustible y alternativas a los vehículos a gasolina como condición para su rescate.

Ahora, la pregunta es, ¿cómo harán las automotrices estadounidenses para recobrar el camino hacia la rentabilidad?.

Tal vez el punto principal estaría en aprovechar la caída en los precios del combustible para vender más todoterrenos y camionetas pick-up, la clase de vehículos que al presidente electo Barack Obama no le gustan.

Hasta este año, Detroit tenía pocas razones para no depender de estos vehículos para sus ganancias y el gobierno prácticamente la instó a hacerlo.

Desde los años ´80, la política energética de facto de Washington ha sido mantener bajos los precios y los impuestos de la gasolina.

Los países europeos, en cambio, han elevado los precios del combustible mediante impuestos, haciendo que los consumidores se inclinaran por los autos pequeños.

Los estadounidenses, sin embargo, gravitaron hacia vehículos cada vez más grandes y potentes.

Las políticas de Washington y la forma en que el gobierno ha regulado a las automotrices, sin embargo, a menudo conspiraron en contra de los grandes cambios que las empresas necesitaban para competir con las automotrices de otros países.

Recientemente, el presidente ejecutivo de GM, reconoció que la empresa había "cometido errores" y que no de ellos fue depender de los todoterrenos y las camionetas pick-up.

Serán tiempos dolorosos por los que pasarán los gigantes GM, Ford y Chrysler. Readecuarse a una nueva realidad mundial llevará su tiempo... Tal vez mucho más de lo pensado. Pero, en juego está la supervivencia o la muerte de un final anunciado...