El domingo 9 de marzo de 1952, fue inaugurado el Autódromo Municipal "17 de octubre" de la ciudad de Buenos Aires.
Habían transcurrido más de tres años desde aquel 15 de diciembre de 1948, en el cual había concluido la etapa Lima-Buenos Aires del Gran Premio de América del Sud, cuando el presidente de la Nación, Juan Domingo Perón escuchó de boca de los corredores, acompañantes y mecánicos, el deseo de todos los volantes argentinos de contar con un autódromo en nuestro país.
Las competencias internacionales que se desarrollaban en Argentina y las grandes actuaciones que llevaban a cabo nuestros pilotos, hacían indispensable la construcción de un circuito que contara con la jerarquía que se merecía el automovilismo argentino.
"En ese sentido, estamos esperando la terminación del aeropuerto de Ezeiza. Es probable que podamos hacer un circuito general y dos circuitos reducidos o pequeños ahí mismo. Ya hemos conversado con los muchachos que han ido a Europa a estudiar este asunto. Quién sabe si a fines de 1949 o 1950, no podamos ofrecerles instalaciones allí, para hacer un gran circuito para las carreras que ahora realizamos en el bosque de Palermo, porque no tenemos dónde correr", expresó Perón.
A partir de ese momento, el sueño como la obra, comenzó a crecer. Cierta documentación da cuenta que desde el momento en que Francisco "Pancho" Borgonovo insistió ante el presidente de la Nación en que no se podía correr más en Palermo, hasta que el escenario fue inaugurado, transcurrieron apenas unos 14 meses.
La obra insumió una inversión de 9.769.245,22 pesos. Fue construido en una superficie que abarcó 130 hectáreas en el extremo sudoeste de la ciudad. A la inauguración asistieron 120.000 personas.