Es un superdeportivo americano sin precedentes. Un biplaza Original y artesanal. Posee un diseño que oscila entre el pasado y la ciencia ficción.
Su músculo se define por un trasero elevado que separa los anchos guardabarros, donde ya se nota ese recuerdo "al pasado" y una cara que confirma la bitonalidad del exterior y la integración casi perfecta de todos los elementos.
El GTX juega además con un techo semi-transparente que aporta iluminosidad aunque quien más favorece a este aspecto es el sistema de apertura de las puertas en ángulo de 45º verticales.
Una vez en el interior el recorrido de conductor y acompañante es mínimo, no es un coche para grandes viajes.
La instrumentación del salpicadero tiene un gusto muy clásico mostrando incluso displays analógicos.