Volkswagen ha presentado en la costa oeste americana una nueva generación del Jetta, un modelo que ha sido clave para la historia de la marca en Estados Unidos y que ahora se renueva con la vista puesta principalmente en ese mercado.
A partir de septiembre ya estará a la venta al otro lado del Atlántico, con unas versiones específicas que tendrán notables diferencias con las que se comercializarán en Europa cuatro meses más tarde.
Todo ese mimo para Norteamérica no es por mero capricho. De las 9,6 millones de unidades entregadas hasta la fecha por Volkswagen de este compacto, cerca de un 25% han ido a parar precisamente a Estados Unidos y, en la actualidad, el Jetta supone entre el 40% y el 50% de los modelos de la firma alemana que compran los clientes americanos.
El objetivo de Volkswagen of America es multiplicar por tres su volumen de ventas en Estados Unidos hasta 2018, una ambición en la que el Jetta jugará un destacado papel.
Aunque no se ha comunicado la previsión oficial, la dirección del grupo alemán confía en que la cifra de 130.000 unidades vendidas anualmente del Jetta puedan convertirse para entonces en más de 300.000, de tal modo que la marca alcance los 800.000 coches que se propone entregar en aquel país dentro de ocho años.
En el lanzamiento el Jetta contará con un único propulsor de gasolina, el 1.2 TSI de 105 CV acoplado a un cambio automatizado DSG de seis velocidades, y con dos motores turbodiésel, de 1.6 y 2.0 litros de cilindrada, con potencias respectivas de 105 y 140 CV.