Antecedentes
El exponente más extremo de Audi comparte genes con la élite de los deportivos a nivel mundial, ya que emplea los mismos componentes mecánicos que el Lamborghini Gallardo.
Y es que cuando debutó el Audi R8, lo hizo empleando el V8 de 4.2 litros del RS4, una extraordinaria máquina en verdad, pero que de alguna manera dejaba una espinita clavada, ya que definitivamente no era una motorización exótica y además dejaba claro que el auto era capaz de manejar potencias muy superiores.
Afortunadamente, la firma de los cuatro aros decidió incorporar el motor de diez cilindros en V con 5.2 litros de desplazamiento, que significa una ganancia de 105Cv y 100Nm de torque, suficientes para permitirle al R8 competir de frente con emblemas tan prestigiados como Ferrari, Lamborghini o Porsche.
Características Técnicas y Mecánicas
Como ya había mencionado, el motor es un diez cilindros en V a 90 grados de 5.204 cc que cuenta con inyección directa y apertura variable de válvulas tanto de admisión como de escape. Lo anterior se traduce en 525 caballos de fuerza y 530Nm de torque.
La transmisión es la denominada por la firma como R-Tronic, es decir una manual automatizada de seis velocidades que cuenta con modo Sport – aunque también hay opción manual también de seis cambios – que envía la potencia a las cuatro ruedas vía el sistema de tracción integral de la casa mejor conocido como quattro.
La suspensión es de doble horquilla en ambos ejes, con amortiguadores de ajuste magnético “Magneticride”, es decir, están cargados de un líquido con propiedades magneto-reológicas que al momento de recibir carga cambia su viscosidad y por lo tanto la resistencia al recorrido. Los frenos por su parte son ventilados y perforados de ocho pistones adelante y cuatro atrás.
Confort
El bello diseño exterior armoniza perfectamente con el habitáculo, la atención al detalle es notable, con materiales de excelente calidad en cada rincón del auto. Cuero, fibra de carbón y aluminio son los elementos más utilizados. Como buen Audi, el R8 equipa todos los aditamentos de conveniencia necesarios, empezando por el excelente equipo de audio firmado por Bang & Olufsen que bien podrían omitir en virtud del hermoso sonido que emana el V10.
Aire acondicionado automático de dos zonas, asientos eléctricos, volante multifunción, interfase Bluetooth, MMI y la preparación para la interfase del iPod completan la lista de equipamiento.
Manejo
Hay que dejar muy claro que desde el punto de vista de la capacidad de curveo, frenada y calidad de marcha, el R8 V10 es tan capaz como su hermano de ocho cilindros, simplemente perfecto, de hecho, si extirpáramos los motores sería exactamente el mismo auto. El balance es soberbio, demostrando en todo momento lo fácil que resulta rodar verdaderamente rápido, la tracción integral permite que manos inexpertas puedan disfrutar de gran parte del potencial de este vehículo sin ningún temor.
El Audi R8 es un extraordinario juguete, la diversión y adrenalina que puede generar es prácticamente interminable, no es necesario ir por encima de 200 km/h para disfrutar de su excelente agarre, maniobrabilidad o respuesta, circulando a 80 km/h, basta con hacer uno o dos cambios descendentes para dirigirnos rápidamente a la zona roja del tacómetro- ¡a 8.700 vueltas!-, en donde el sonido del V10 es sinfónico, embriagador. Cómo había mencionado antes, al compartir genes con el Gallardo, este R8 es más rápido y brioso, la nota del motor hasta las 6 mil rpm es algo ronca, aunque a medida que nos acercamos a las 8 mil, el sonido se vuelve agudo.
Como buen auto súper deportivo, el Audi R8 tiene sus bemoles, la transmisión R-Tronic cuando andamos a menos de 40 km/h se siente burda al efectuar los cambios, aún en modo automático está la molesta patada de la caja todo el tiempo, por lo tanto enfrascarnos en un embotellamiento puede llegar a ser una auténtica tortura, asimismo, al ser una caja manual - hay un clutch, solo que es automatizado -, el andar a bajas velocidades por tiempos prolongados puede provocar que la caja se caliente, por lo que nos obliga a estar pasando a Neutral para evitarlo.
Conclusión
Frecuentemente, podemos oír que el principal problema del R8 es que es un Audi, es decir aunque la firma de los cuatro aros tiene un importante currículum de victorias en el mundo de las competencias ya sean: Rallies, DTM o carreras de resistencia como las 24 Horas de Le Mans, en donde han dominado con puño de hierro por bastante tiempo, primero con el Infineon R8, seguido del R10 TDI que fuera el primer diesel en conquistar la justa y últimamente con el R15. Lo cierto es que esta filial de Grupo VW no tiene tradición cuando hablamos de súper coches.
Otro punto criticado es el hecho de compartir muchos elementos mecánicos con el Lamborghini Gallardo, pero ¿acaso es esto malo? Por supuesto que no, sería como criticar a alguien por tener la misma habilidad atlética de Usain Bolt.
El Audi R8 es un vehículo que combina la pasión y atractivo de los autos italianos, con la confiabilidad y precisión alemana. Haciendo de lado las capacidades dinámicas es un auto mucho más atractivo y exótico que un 911 Turbo por ejemplo. Quizá sea el primero de su especie para Audi, pero tiene todo lo necesario para convertirse en un deportivo mítico.