Harley Davidson cuenta con un largo legado de fabricación de motocicletas, pero más allá de eso, ha acuñado un estilo de vida que rodea sus productos. Lo anterior le brindó a la marca muchos seguidores, pero el problema es que H-D nunca evolucionó para adecuarse a los tiempos presentes.
Cuando surgió la crisis económica de hace un par de años, muchas marcas desaparecieron o tomaron nuevos rumbos, pero en el caso de Harley Davidson se mantuvieron con su línea de productos tratando de incluir a jóvenes como sus clientes, pero sus motos no son lo más llamativo para menores de 40 años. Posteriormente “aniquilaron” la marca Buell, la cual les pudo sacar a flote, pero seguían con su vista a la gama H-D de 100 años de existencia.
Los problemas no tardaron en surgir y la producción tenía que diversificarse y salir de las fronteras de Estados Unidos para reducir los costos de producción, por ello en 1999 se comenzaron a ensamblar las motos en Brasil, y ahora se anuncia que para el 2011 se tendrá en pleno funcionamiento la planta ubicada en la India.
El principal argumento de la marca estadounidense es el costo de exportación, por lo cual es más rentable instalar una planta en aquel punto del globo, pero con componentes mandados desde Estados Unidos. Por otra parte, la marca buscará atacar mayores mercados e incrementar su cuota de mercado, para sanear sus ventas y ganancias.
Sin lugar a dudas un movimiento así es necesario para cualquier marca, para bien de reducir sus gastos y mantener su status, pero por otra parte ¿será muy válido tener una Harley que no sea de Estados Unidos?, algo así como un Ferrari que no salga de Italia.