Es difícil dar un tiempo específico o kilometraje para cuando debe cambiarse un filtro de aire debido a que la vida del mismo depende de cuánto polvo o suciedad ingiere. Un filtro que dura 30.000 km o hasta 40.000 km en un vehículo que en su mayoría es conducido en calles y avenidas puede durar sólo un mes o dos en un ambiente rural donde frecuentemente es movido en caminos sin pavimentar. Cambiarlo anualmente o cada 20.000 km por mantenimiento preventivo es una buena recomendación para el uso en ciudad y en menor periodo si su empleo es rural.
Independientemente del kilometraje o tiempo, un filtro de aire debe sustituirse antes de que alcance el punto donde empiece a restringir significativamente el flujo de aire. Pero exactamente cuándo ese punto es alcanzado está sujeto a opinión.
Un filtro ligeramente sucio realmente limpia más eficientemente que un filtro nuevo. Esto es porque los residuos atrapados por el filtro ayudan a retener partículas más pequeñas que intentan pasar. Pero eventualmente cada filtro alcanza el punto donde provoca una caída en la presión y restringe el flujo de aire. Si un filtro sucio no es reemplazado se afecta directamente la economía de combustible, el desempeño y se aumentan las emisiones.
Muchas pickups de trabajo rudo tienen un medidor que monitorea y avisa por medio de una señal en el tablero cuando el filtro está sucio y necesita cambiarse. Pero dada la falta de ese dispositivo en los autos, lo mejor es cambiarlo según tu criterio y lo que te recomendamos anteriormente.
Si remueves el filtro y lo pones a contraluz podrás darte cuenta qué tan sucio está. Si tiene una capa de suciedad, es obvio que necesita cambiarse. Nunca intentes sacudirlo o soplar el polvo o mugre es una pérdida de tiempo ya que muchas partículas ya están atoradas en las fibras del filtro. (A menos que se trate de un filtro de algodón lavable)