Los científicos siguen buscando los combustibles más ecológicos para mantener en circulación el parque automotor, y una de las mejores alternativas en energía renovable es el biohidrógeno, que se produce mediante un proceso de descomposición del agua con energía solar, que libera principalmente agua cuando se quema, sin emisiones contaminantes ni elemento alguno que dañe el ambiente.
Para provocar la descomposición se utiliza una bacteria llamada Cyanothece 51142, la cual fue encontrada en el Golfo de México por Louis A. Sherman, científico de la Universidad Purdue. En el año 2008, los genes de esta bacteria fueron secuenciados en el Centro de Secuenciación del Genoma en la Escuela de Medicina.
Esta bacteria pertenece al grupo de las cianobacterias, grupo de organismos que han existido desde hace unos 2.500 millones de años, y han sobrevivido en una gran variedad de entornos químicos, gracias a sus interesantes recursos metabólicos que les han permitido adaptarse bajo cualquier condición de vida.
Todas las cianobacterias toman el carbono de la atmósfera, pero la Cyanothece está entre las especies más raras, pues puede también tomar el nitrógeno atmosférico y convertirlo en amoniaco y luego en moléculas más grandes ricas en nitrógeno.
Investigadores de esta universidad llevan adelante una serie de estudios relacionados con la producción de energía sin petróleo, como por ejemplo el desarrollo de una aleación de alumini que podría usarse com un nuevo tipo de energía móvil para convertir el agua no potable en agua que se puede tomar mientras se extrae hidrógeno para generar electricidad.