El Chevrolet Cruze nos llega desde Corea del Sur, desde donde es exportado no solamente a al continente americano, sino también a muchos mercados europeos, donde la marca busca afirmarse en el segmento de los medianos con este vehículo que fue desarrollado en ese país asiático y también los centros de diseño que posee en Alemania, Estados Unidos y Australia.
El reconocimiento de el constante avance de la industria coreana en cuanto a calidad constructiva ya es reconocido en el mundo entero a través de exponentes como el Captiva y el Aveo, algunos ex integrantes de los catálogos de Daewoo, y este sedán que viene a reemplazar al Nubira, que fue acá exitosamente comercializado en la década del los ’90.
De costado, se aprecia que la curvatura del techo es muy a la moda actual de los productos alemanes (tener en cuenta el muy cercano parentesco con los Opel, de ese origen).
Los laterales son muy limpios lo que resalta la elegancia del conjunto. Notorios abultamientos en los pasaruedas, se rematan con las aberturas enmarcadas por un borde plano de una pulgada, que cae verticalmente.
El voladizo trasero es corto y se corresponde con el también acotado plano horizontal del baúl, el que no brilla demasiado por su capacidad de 450 litros, cuando algunos de sus competidores de franja superan ampliamente los 500.
A la Argentina viene a competir en un segmento en el que ya están establecidos rivales como Toyota Corolla, Honda Civic, Ford Focus II y Volkswagen Vento y los más recientemente arribados Renault Fluence y Peugeot 408.
Sus líneas son muy agradables, a partir de una delantera con una parrilla de gran tamaño bipartida por una banda de metal en la que se luce, como en otros modelos de General Motors, el muy visible logotipo de la marca en dorado.
Los faros lucen modernos, pero de una sobriedad que no abunda en este momento, con los proyectores para niebla ubicados a la altura de una segunda toma de aire en la parte inferior de la carrocería, embutidos en los que asemejan entradas para refrigerar los frenos.
Afortunadamente, los respaldos de los asientos traseros pueden ser abatidos para aumentar el espacio para equipajes.
La luneta es simple, en armonía con el resto del dibujo y los faros ocupan con su parte principal los extremos de los guardabarros, invadiendo apenas la tapa del baúl, que luce una cinta de metal cromado que va de un grupo óptico al otro.
El interior refleja un buen grado de calidad de materiales con cuidada aplicación de la mano de obra. Diríamos que en ambos casos la calificación ubica a este Cruze por sobre el promedio de lo que se observa en el resto del segmento.
La comodidad para los ocupantes se manifiesta rotundamente en el sector delantero, donde los largos recorridos del movimiento longitudinal y también el de altura de las butacas, permite apoltronarse bien a individuos de las más diversas tallas. La posición de manejo es muy buena, ya que además se puede calibrar la profundidad y ángulo del volante.
Ante sí, el conductor dispone de un tablero muy legible de dos grandes cuadrantes principales y un tercero de mayor diámetro aún en posición central, que contiene medidores de aguja para temperatura y combustible y el display de la computadora de a bordo.
Atrás, el espacio es muy bueno en lo que hace al necesario para las piernas y también a lo ancho, aunque para dos pasajeros, ya que el tercero, a no ser que sea un pequeño, irá muy incómodo.
Pero el techo, con su caída bastante pronunciada, puede ser un obstáculo para los de talla superior al metro 75.
Los tapizados son de cuero y hay portaobjetos, aunque no en la cantidad que uno querría para un largo viaje. Atrás, entre ambas plazas laterales, se presenta un apoyabrazos con dos portavasos.
El motor es un cuatro cilindros de 1.8 litros que peca por tener el par motor a un régimen algo elevado, que lo hace perezoso "abajo", lo que le quita agilidad a los desplazamientos.
Pero en cuanto a performances no se queda a tras: en la prueba de velocidad final pasamos los 200 Km/h y logramos en aceleración un registro de 11 segundos clavados lo que no es ninguna maravilla, como tampoco los valores de elasticidad, ya que tarda 24,5 segundos en pasar de 80 a 120 Km/h marchando en quinta velocidad. El consumo promedio está en los 12 Km/L. El tanque es de 60 litros.
Es excelente en el frenado, con un sistema de cuatro discos (ventilados y sólidos) y auxilio de ABS, que actúa sobre las ruedas de aleación de 17 pulgadas con gomas de 215/50; detienen a los 1.360 kg más lo que pese el conductor, en apenas 38 metros.
En el comportamiento dinámico, sin que afloren inconvenientes de tenida por ello, se aprecia una tendencia a la blandura en las suspensiones, que es muy bienvenida en el tránsito urbano, como también lo es la dirección, de buen desempeño.
En el equipamiento de seguridad sobresalen los seis airbags (frontales, laterales y de cortina), cinco cinturones inerciales de tres puntos, controles de tracción, estabilidad, asistencia al frenado de urgencia, anclajes Isofix, inmovilizador del motor y alarma y luces antiniebla adelante y atrás.
En cuanto a confort, el listado es asimismo muy completo: climatizador automático, techo solar eléctrico, control de crucero, sensores de lluvia y crepuscular, espejos exteriores rebatibles eléctricamente y calefaccionados, cuatro levanta vidrios, volante multifunción revestido en cuero (como el pomo de la selectora) y equipo de audio con MP3 y entrada auxiliar.
Se comercializa a un precio de 128.390 pesos.