Mazda sigue recibiendo galardones por el desarrollo de tecnologías de ahorro de combustible que respetan al medio ambiente. El último de ellos fue entregado a dos ingenieros de la marca, que fueron reconocidos con el premio Outstanding Technical Paper Award, con motivo de los 61º premios anuales de la Sociedad Japonesa de Ingenieros Automotrices (JSAE).
Takashi Youso y Masahisa Yamakawa, ambos de la División de Desarrollo de Motores de Mazda, resultaron premiados por su “Estudio de la relación entre las características del combustible y el autoencendido en motores de gasolina HCCI”.
Mazda cuenta con más de 90 años de experiencia en ingeniería innovadora, y con este premio suma once distinciones de JSAE desde 2006. El año pasado, por ejemplo, la marca se llevó tres premios por una investigación, cuyos resultados se aplicarán en la próxima generación de modelos SKYACTIV: su exclusivo sistema de corte de ralentí i-stop, su nuevo catalizador de nanotecnología simple y su revolucionaria investigación sobre las propiedades del material de aislamiento acústico.
Los ganadores de esta edición, en tanto, fueron premiados por analizar los efectos de distintos componentes del combustible en el encendido de un motor, utilizando el Encendido por Compresión de Mezcla Homogénea (HCCI).
Además de este premio, Mazda recibió este año el galardón a la innovación Fleet World Honours también por sus tecnologías SKYACTIV. Esta distinción se otorga anualmente a fabricantes de vehículos, empresas de servicios y personajes que alcanzan el máximo nivel de excelencia posible en su sector.
SKYACTIV: una revolución
Tras analizar la situación del mercado mundial automotriz, los ingenieros y técnicos de Mazda concluyeron que para hacer frente a la creciente necesidad de enfocar sus productos hacia la reducción de emisiones y consumos, debían partir de un enfoque radicalmente opuesto al de otras marcas.
El objetivo planteado fue apostar a desarrollar una tecnología que fuera en una única dirección y eso es lo que se logró con el proyecto SKYACTIV, una suma de innovación revolucionaria que incluye motores diésel y gasolina con relaciones de compresión récord en sus respectivas categorías, nuevas transmisiones manuales y automáticas, sistemas de chasis y carrocería más ligeros y con mejor respuesta y otras tecnologías que buscan la máxima eficiencia.
Comenzando por los motores Otto (nafteros), llegaron a la conclusión que la relación de compresión era la clave para conseguir mayor eficiencia. A mayor relación de compresión, se consigue un motor que, con menos combustible, obtiene el mismo torque y una combustión más homogénea.
Con ello, los ingenieros de Mazda llevaron la relación de compresión hasta un valor de 14:1, lo que es un récord absoluto para un motor de combustión interna de nafta en el mercado. Y además, lo lograron con 95 octanos. Este motor, conocido como Sky-G, permite que un vehículo grande como el Mazda6 consuma lo mismo que un compacto Mazda2.
Mientras que el motor diesel, Sky-D, obtiene una relación de compresión idéntica al motor de gasolina (14:1) la más baja jamás lograda en un motor Diésel, gracias al uso de un turbo doble, pistones con una precámara más grande para reducir la velocidad de la combustión, elementos más ligeros, inyectores piezoeléctricos, y variadores de fase.
Con toda esta técnica se logra una relación de expansión mejorada, que además logra más torque en la parte baja del tacómetro, y lo mantiene hasta la parte más alta, con menos consumo y con menos emisiones, siendo además un motor capaz de superar la norma Euro VI sin necesidad de utilizar filtros activos de partículas, ni catalizadores SCR para eliminar los óxidos de nitrógeno del tubo de escape.