Las Vegas, Nevada. El Chevrolet Corvette Grand Sport, que toma como inspiración el célebre modelo de 1965, emplea un inmenso V8 de 6.2 litros que entrega la nada despreciable cifra de 430 CV y 574 Nm de torque y que se puede acoplar a transmisiones manual o automática de seis cambios. En el caso de la versión convertible, la capota es de accionamiento eléctrico demandando del conductor sólo la acción de liberar el seguro central.
Esta variante Grand Sport se diferencia de sus hermanos por los guardabarros más anchos, toma de aire en el capó, llantas delanteras de 18 pulgadas y traseras de 19, entre otros detalles.
Como parte del evento de presentación de modelos 2012 de General Motors en Las Vegas, tuvimos oportunidad de conducir el Chevrolet Corvette Grand Sport 2012 en el circuito de Spring Mountain, en nuestro caso la versión convertible, aunque debido a las elevadas temperaturas de poco más de 40 grados, bajar la capota hubiera sido un suicidio.
Tras el volante, el Corvette Grand Sport resultó cómo esperaba, un vehículo con tremenda potencia que demanda manos con cierto nivel de experiencia, resultando algo nervioso en virtud del gran poder que es capaz de poner en el eje trasero. Afortunadamente la presencia de sistemas como el control estabilidad y de tracción, también conocidas como niñeras electrónicas, evitan que algún abuso en el acelerador propicie un trompo, o peor en un impacto contra algún muro.