Antes de leer esta nota, retrocedamos 56 años y ubiquémonos en el contexto de 1956. No existía Internet ni la telefonía celular, los computadoras ocupaban salas enteras, la televisión era absolutamente un sueño y la radio era la reina de los medios.
Si hablamos de automóviles, sólo una minoría tenía acceso teniendo en cuenta que sus precios eran muy altos. Ford ingresa modelos CKD (complete knock down, es decir, completamente desarmados) en Santiago de Chile, y en Arica los Simca Morris, y los Fiat 500 y 1500 nacen a la vida.
Distinto es lo que ocurre en Europa y Estados Unidos, donde el automóvil era el medio de transporte por excelencia y coronó a la década con los diseños más bellos y excéntricos. Es aquí donde nace uno de los primeros intentos de construir el "Auto Volador".
Aerocar, empresa radicada en Estados Unidos, tomó la ideas y desarrolló un prototipo y cuatro unidades. De ellos, una fue destruida, dos están en museos, y dos están en manos privadas. Su valor actual es cercano a los 2 millones de dólares; mucho más de los US$10.000 iniciales.
Se trataba más bien de una avioneta que derivaba en un vehículo con alas, fuselaje y remolque acoplado. El 23 de octubre de 1956 fue patentado, para posteriormente ser autorizado por los organismos norteamericanos para ser considerado un avión. La historia demostraría que sólo sería un intento más del deseo del hombre por obtener un auto volador....
Aerocar The Flying Automobile