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Toyota Hilux SRV a prueba

Renovó estética, equipamiento y potencia. Analizamos si está lista para recibir a sus nuevos rivales.

Toyota Hilux SRV a prueba

 

Antecedentes

Mirando hacia atrás, cuando la nueva Hilux llegó al mercado revolucionó la concepción de las pick-ups medianas, aportando un soplo de potencia y solidez, pero también de refinamiento.

Los años pasaron, la oferta de Toyota se renovó en el camino y nuevamente volvió a recibir un upgrade a fines de 2011 para hacer frente al batallón de pick-ups de nueva generación, pero sin cambios en la plataforma. Aquí analizamos como el líder del segmento se preparó para recibir a las VW Amarok, Chevrolet S10 y Ford Ranger.

 

Renovación estética por fuera y por dentro.

Desde su llegada la Hilux aportó toques de SUV al segmento. Ahora, los nuevos elementos se encargan de sumar elegancia comenzando por la parrilla multilaminar cromada que domina el frontal rodeada por faros de cristal transparente.

Puertas adentro conserva el mismo diseño pero cambian las decoraciones con un gran aplique metalizado en la consola central, que visualmente le confiere un estilo más horizontal al tablero. Aquí la vedette es la pantalla táctil de 6.1” que sirve para controlar el estéreo y las distintas fuentes de alimentación de audio: Aux, USB y Bluetooth, que también sirve para telefonía sin manos.

La pantalla también proyecta las imágenes de la cámara de retroceso. Esta solución, presente en las versiones más equipadas, no solo facilita todas las maniobras hacia atrás, también sirve para no destrozar algún auto estacionado a espaldas, ya que el paragolpes de la Hilux es tan alto que termina siempre en medio de los capots.

Por el resto, la Hilux sigue prácticamente igual, afuera cambian las calcomanías y los faros traseros, ahora más elegantes con cinta cromada. Adentro sigue siendo práctica, algunos encastres deberían ser emparejados, los plásticos son buenos y la percepción de solidez es total.

 

Cambios y continuidad técnica

Después de varios años en el ruedo, el acostumbramiento a las virtudes y ventajas iniciales de la Hilux comenzó a dejar en evidencia sus falencias. Esto significa que a la solidez estructural, estabilidad de marcha en ruta y buen espacio interior se le contrapone el motor ruidoso, la falta de confort de marcha y una caja automática de solo 4 velocidades. También hay que recordar que la Hilux está comenzando a perder la batalla en la potencia en un segmento que pasó de los 160 CV a una nueva franja que va desde los 170 a los 200 caballos.

Las reformas indican que el 3.0L TD, presente en las versiones SR y SRV, pasó de 163 a 171 CV. Lo demás se mantiene sin alteraciones, al menos desde lo perceptivo. La nueva Hilux sigue siendo igual, dura para lidiar con la accidentada topografía urbana, con un sonido industrial a bajas vueltas y una caja automática que le deja bastante espacio para el resbalado al convertidor de par.

A pesar de superar los 5 metros de largo, la Hilux se mueve bien en la ciudad, con suficiente poder de reacción para aprovechar la ventaja que impone su físico. En ruta, la caja intenta no rebajar, pero cuando se pisa casi a fondo el acelerador debe bajar un cambio y el tacómetro se dispara hasta casi el tope. Por el resto viaja en suma tranquilidad aprovechando el torque de 343 Nm entre 1400 y 3400 giros que permite utilizar una 4° larga.

La dirección está muy desmultiplicada, esto significa que el volante es vueltero en ciudad, pero ayuda a mantener el aplomo en ruta; no hay que olvidarse que puede viajar muy rápido sin darnos cuenta y que por su altura es un vehículo fácil de volcar de un volantazo. Hay que resaltar la acción de los controles de tracción y estabilidad que conservan el rumbo trazado cuando se excede la velocidad o uso del acelerador en curvas.

 

Conclusión

A la espera de conducir la nueva Ford Ranger y luego de haber circulado un par de kilómetros con la nueva Chevrolet S10, se puede decir que la Hilux ya no tiene la ventaja absoluta respecto de sus competidores. Hoy debería mejorar el confort de marcha, bajar la rumorosidad del motor y colocar transmisiones de 6 velocidades.

En el lado positivo, sigue siendo uno de los productos más confiables del mercado, contando con la reputación Toyota de fabricar vehículos indestructibles, una carta ganadora en este rubro. Además es potente, útil y bien equipada, solo que ahora no está tan desmarcada de la competencia como antes.

Hernando Calaza: Texto y Fotos recomienda