Grand Rapids, Michigan. La batalla de los Muscle Cars norteamericanos no es un tema nuevo, y no es la primera vez que General Motors, Chrysler y Ford se miden en férreas batallas por demostrar qué vehículo es superior; Camaro, Mustang o Challenger, respectivamente.
En la actualidad, aún con las cada día más estrictas regulaciones en términos de emisiones, así como la demanda por parte de los consumidores de obtener vehículos cada vez más eficientes, la realidad es que la guerra de los Muscle Cars equipados con enormes y sedientos motores de ocho cilindros está más dura que nunca. Como si fuera poco, el guerrero más brutal y salvaje del segmento ha dominado con puño de hierro durante los últimos años; hablamos del Shelby GT500, que en su más reciente versión ostenta el V8 de producción en serie más potente del mundo.
Pero Chevrolet se ha decidido por fin a competir como es debido en esta encantadora (aunque un tanto absurda) guerra, optando por revivir a uno de sus míticos guerreros del pasado: el Camaro ZL1, que naciera a finales de los sesenta tras equiparlo con un bloque de 6.9 litros y casi 500 CV de origen Corvette. De este bestial ejemplar se produjeron únicamente 69 unidades, sumamente cotizadas hoy en día.
El resucitado guerrero recurre a la misma fórmula que su predecesor, ya que también emplea un motor V8 originalmente desarrollado para el Corvette. Se trata de la mecánica conocida como LSA de ocho cilindros en V con compresor que emplea el célebre “mata Ferraris”, el Corvette ZR1. En el caso del Camaro ZL1 dicho motor entrega 580 CV y 753 Nm de torque, acoplado a una transmisión manual Tremec de doble disco o a una automática con levas al volante, ambas cajas de seis cambios. Los frenos son de disco, provistos por Brembo con pinzas de 6 pistones adelante y 4 atrás.
Adicionalmente, este monstruoso Camaro se beneficia de la excepcional tecnología de suspensión adaptativa en tiempo real Magnetic Ride Control, que puede ajustar la rigidez de los amortiguadores en función de las necesidades hasta 1.000 veces por segundo. Lo anterior, sumado a sistemas como el programa electrónico de estabilidad Stabilitrack, el control de tracción y demás elementos de seguridad, garantizan el control de toda la potencia.
Estéticamente, el Camaro ZL1 se diferencia de sus hermanos menos vitaminizados gracias a un frente completamente nuevo con entradas de aire más grandes y una apariencia agresiva, mientras que el capó lleva en su parte central unas branquias de ventilación fabricadas en fibra de carbono. Las llantas, por su parte, son de diseño exclusivo para esta versión, de 20 pulgadas de diámetro.
Para corroborar las capacidades dinámicas del Camaro más potente jamás fabricado, viajamos desde la ciudad de Grand Rapids, Michigan, hasta un pequeño circuito privado denominado “Ginger Man Race Track”; que, aunque le quedó chico al ZL1, nos permitió conocer las principales virtudes y características más representativas del exponente de Chevrolet.
Es importante tener en mente que, aunque el nuevo Camaro ZL1 es menos potente, el resultado final es muy similar al obtenido por Ford con el Shelby (en números duros de aceleración por lo menos), es decir, el exponente del óvalo azul no es capaz de aprovechar contundentemente la ventaja de caballaje que posee, y como lo mencionamos en la prueba que realizamos hace poco (ver en notas relacionadas), al GT500 le cuesta trabajo poner en el pavimento todo su poder de manera efectiva.
El Camaro ZL1 ofrece un rugido adictivo y aceleraciones brutales, que pegan al ocupante con violencia en el respaldo del asiento, pero así todo resulta un vehículo más noble y predecible que el Shelby, producto principalmente de dos factores: la suspensión magnética y la geometría posterior que es independiente. Es sorprendente el refinamiento y efectividad que han logrado los Muscle Cars hoy en día, este Camaro no sólo es capaz de acelerar de forma impresionante en rectas, sino que en pista es ágil, divertido, pero sin perder la brutalidad que solamente le podría otorgar un extraordinario V8 de Detroit.
Por lo que hace al equipamiento de conveniencia, se destaca la presencia del nuevo sistema de info–entretenimiento denominado “MyLink”, que ofrece una pantalla táctil con una interfaz de iconos similares a la de una tablet, pero también reconocimiento de comandos de voz y conectividad con teléfono y reproductores como el iPod.
Todos los rumores apuntan a que Chevrolet traerá en algún momento el Camaro a nuestro país. La marca ya ha mostrado una unidad del mítico deportivo en gran variedad de eventos y seguramente desea tener en sus filas un llamador de público tan atractivo como éste Muscle Car. De concretarse el desembarco del Camaro en Argentina, seguramente será con una versión menos vitaminizada, pero siempre es bueno saber hasta dónde puede llegar este bólido norteamericano.