A la luz de los resultados, el regreso de la Fórmula 1 a la Argentina quedó como una promesa electoral más. Una lástima, porque muchos nos habíamos ilusionado con volver a ver a la Máxima de cerca.
Tanto el Estado como la empresa privada T4F hicieron contactos para concretar el proyecto de tener un Gran Premio en un circuito callejero en plena ciudad de Mar del Plata. De hecho, hay un plano de la pista firmado por Herman Tilke, el arquitecto de confianza de Bernie Ecclestone. Claro que eso solo no alcanzó…
El anuncio del calendario 2013 de la F.1 terminó, definitivamente, con ese sueño y nos hace chocar contra la realidad: con Bernie de por medio no se puede prometer nada sino está firmado primero. Algo que tiene cierta lógica.
Igual esto no es sorpresa. Aquel entusiasmo que tenían desde el propio gobierno tras el anuncio de la Presidenta se fue desvaneciendo a medida que los plazos fijados para “firmar los contratos” se iban cumpliendo sin ninguna rúbrica. Del discurso “está todo bien y pronto se firma”, pasó a “aún está todo verde” y, finalmente, “no se hace”.
Ahora parece una deuda pendiente y no sería de extrañar que ya se esté trabajando para tener una revancha, aunque se debería aprender de los errores para que la historia tenga un final feliz.
Fuente: CORSA