Tener un Rolls Royce es sin duda una de las experiencias más exclusivas y lujosas del mundo. Más aún si se cuenta con la posibilidad de elegir los colores, materiales y accesorios que tendrá nuestro nuevo auto. Así parecen haberlo entendido los clientes de la marca británica en los cinco continentes, ya que no sólo ha obtenido ventas impresionantes en los últimos años, sino que además, un gran porcentaje de sus modelos Phantom y Ghost salen de la fábrica de Goodwood incorporando el concepto de personalización, Bespoke.
2012 fue un año de record histórico en ventas para Rolls Royce, con más de 3.00 unidades vendidas en todo el planeta junto con un explosivo incremento de la preferencia por Bespoke, el programa de personalización de la marca que incluye el legendario trabajo de artesanos y el cuidado de los detalles como núcleo central. Sólo en el primer trimestre de este año, el 90% de los modelos Phantom fueron personalizados, mientras que 70% de los modelos Ghost incluyeron la selección de materiales y colores por parte de sus nuevos dueños.
Una experiencia propia de un auto súper lujo "taylor made", con un crecimiento explosivo si se considera que en 2005 las ventas de autos personalizados de la marca no superaban el 50%. Por esa razón, la planta de Rolls Royce en Goodwood, Inglaterra, debió ampliarse en 2012 hasta los 2.500 m2 para extender sus talleres, incrementando de manera importante su equipo de ingenieros, artesanos y técnicos de alto nivel.
Entre otros gustos, los clientes de la marca inglesa pueden inscribir sus iniciales en el apoyacabezas del auto, solicitar marquetería hecha a mano e incluso un color del chasis prácticamente igual al del lápiz labial de la musa inspiradora del nuevo dueño. Desde ahí, a juegos de picnic Louis Vuitton o un refrigerador de alta calidad para guardar el champagne, todo puede suceder cuando hay dinero de por medio.
“Nuestro servicio de personalización Bespoke es la joya de la corona en la historia de éxito de Rolls Royce”, afirma Torsten Müllen – Ötvos, CEO de la marca. “Nuestros clientes adoran la posibilidad de personalizar su auto que les ofrece Rolls Royce y para nosotros incorporarlos al corazón del proceso de diseño es la concreción de nuestra promesa de ser una marca única en el mundo”.