Mediante una ponencia encabezada por los españoles Agustín Caldón (Responsable de Proyectos Internacionales) y Jesús Monclus, (Responsable de investigación en el Área de seguridad Vial), la Fundación MAPFRE ofreció un interesante panorama de la evolución de los sistemas de seguridad y la importancia que le dan los consumidores al tema.
El informe, que recopiló sus datos entre el 2007 y el 2012, deja en claro que al consumidor argentino medio no le interesan los componentes de seguridad en su vehículo. Cuando se le preguntó a los compradores qué aspectos valoraron más a la hora de su decisión, el factor más importante fue el precio (algo en común en todos los países que se hizo este estudio) seguido por la marca (la gente confía en que un auto ya es bueno simplemente por pertenecer a una marca determinada), luego por el uso que le vá a dar, por la estética, por el tamaño y recién en sexto lugar consideraron su equipamiento de seguridad.
Es más, se ejemplificó con el caso de un usuario que ante el mismo modelo, podía elegir por el mismo precio si quería techo panorámico o la dupla de ABS + airbags, y como tristemente era de suponer, eligió mirar al cielo antes que resguardar su integridad física.
Uno de los principales factores por lo que ocurre esto es porque una gran parte del público desconoce el funcionamiento y la importancia de los elementos y las tecnologías de seguridad en los vehículos. Si bien el Estado ha hecho su parte obligándole a las automotrices a incluir el equipamiento de seguridad básico de serie en todos los autos, es el usuario el que tiene que crear una demanda sobre estos dispositivos. Un ejemplo de esto son las publicidades del mercado automotriz. En el caso de Suecia (por citar al país más avanzado en esta materia) los comerciales se basan en destacar todas las tecnologías de seguridad que tiene el nuevo auto, mientras que en los países del Mercosur (con Brasil como uno de los peores exponentes) las publicidades se focalizan en remarcar el equipamiento de confort, de infoetretenimiento y en el más triste de los casos, la inclusión de stickers para personalizar su estética, pero nada sobre seguridad. En resumen, las automotrices venden lo que los usuarios quieren.
Según el IRTAD, en 2011 se produjeron en Argentina un total de 99.466 siniestros de circulación con víctimas, en los cuales fallecieron 5.040 personas. Son cifras alarmantes, sin embargo significan una reducción del 12,5% en el número de fallecidos con respecto a períodos anteriores. La evolución de los sistemas de seguridad activa y pasiva en los vehículos es, sin duda, uno de los principales factores que influyen en la disminución de víctimas en siniestros de tránsito.
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