¿Te acordás cuando de chico aprendías a andar en bicicleta y para frenar tu primera reacción era poner los pies en el suelo? No estabas tan confundido al seguir tu instinto, ya que si bien se trata de una maniobra riesgosa, se ofrece una gran superficie de contacto para detenerse. Ahora, si a ese sistema le sumás una aspiradora que te “succione” hacia el asfalto, la frenada está asegurada.
Esto es lo que hicieron los ingenieros de Autoliv, una empresa sueca especializada en seguridad automotriz, al desarrollar un freno al mejor estilo Picapiedras pero con la particularidad de contar con un sistema de vacío, el cual le ha valido para ganarse su nombre de “Freno Torricelli” en honor al famoso físico y matemático italiano Evangelista Torricelli, inventor del barómetro. Este sistema consiste en una zapata ubicada en la parte baja del vehículo, que no sólo se acciona frenando contra el asfalto sino que también succiona el aire para crear un vacío en su interior maximizando así la capacidad de frenado.
Según los ensayos realizados, en asfalto mojado la distancia se reduce considerablemente, pasando de los 15.3 a los 10.8 metros cuando se circula a 50 Km/h. Claro está que los frenos Torricelli todavía están en fase de pruebas, ya que no se sabe cómo pueden responder a superficies porosas como adoquines o en la tierra, donde es incapaz de generar el efecto de vacío sin llenarse de polvo. Además, hasta el momento su accionamiento está limitado hasta los 70 Km/h., ya que más allá de esta cifra la salud del conductor corre riesgo por la fuerte desaceleración.
Mirá el video a continuación para contemplar su funcionamiento:
Así funciona el "Freno Torricelli"
