Si bien el modelo mostrado hoy en el Salón de Buenos Aires 20115 corresponde a la versión SS con un V8 de 405CV, nosotros tuvimos la oportunidad de llevar a la pista a la variante más “salada”, ZL1, con el mismo 6.2L pero dotado de un compresor para entregar 580 CV y 753 Nm de torque.
El sonido del motor te enamora cada vez que pisás el acelerador, es adictivo sin caer en lo estruendoso. Cuando pisamos el acelerador a fondo, es tan impetuoso que te pega la cabeza al respaldo. No es un auto duro de manejar y no se comporta como una bestia, sino que lo podés usar diariamente.
Al tomar las curvas es bastante estable, la dirección es comunicativa y al mismo tiempo brinda mucha seguridad para mover al Chevrolet Camaro Cabrio hacia cualquier trayectoria. Aunque la suspensión es deportiva, nunca se siente tosca ni golpea demasiado.
En resumen, el Chevrolet Camaro Cabrio es llamativo, entretenido y bastante confortable.