A comienzos del SXXI debutaba en Argentina la primera generación de la Mitsubishi Outlander, que más tarde, en 2006 evolucionaba hasta su segunda generación. Ahora tenemos entre nosotros a la tercera generación de esta SUV japonesa, que llega con importantes novedades en materia mecánica y de seguridad.
Para comenzar, Mitsubishi Outlander llega al país bajo dos motorizaciones nafteras. Tenemos al 2.0 L de 150 CV y 200 Nm y a un 2.4L que eleva su potencia hasta los 169 CV y 225 Nm. Ambos impulsores son de aspiración natural (sin turbo) y de cuatro cilindros. En cualquiera de los dos casos están emparentados a una caja automática de seis velocidades con levas al volante.
La principal diferencia entre las dos versiones (además del motor) es que la versión 2.0 tiene tracción simple mientras que la que trae el motor de 2.4 L cuenta con tracción integral de accionamiento inteligente y una tercer fila de asientos que eleva la capacidad hasta las 7 plazas.
Otro rubro importante para la nueva generación de la Mitsubishi Outlander es la seguridad. Esta SUV cuenta siete airbags de serie, control de estabilidad (ESP), frenos ABS, control de tracción, anclajes ISOFIX y asistencia al arranque en pendiente. Además, la versión 2.4 L agrega sistema de frenado automático (cuando se circula a menos de 40 Km/h) y control de crucero adaptativo.
En materia de equipamiento cuenta serie con faros bi-xenón, llantas de aleación de 18 pulgadas, luces diurnas con tecnología LED, climatizador bi-zona, sistema multimedia con pantalla táctil de 6,1” (donde podemos ver las imágenes de la cámara de retroceso y que además cuenta con conectividad Bluetooth y USB). Por otro lado, la versión con el motor más grande y tracción integral suma techo corredizo y portón trasero de apertura automática.
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