Con los pilotos del equipo Mercedes dominando la previa del Gran Premio de Malasia, pocos se imaginaban que el festejo mayor lo conseguiría Red Bull Racing con el doblete logrado por el australiano Daniel Ricciardo y el holandés Max Verstappen. Pero así fue. Aunque a decir verdad mucho tuvieron que ver los hombres de las Flechas de Plata…
Las primeras emociones llegaron en la largada. Cuando el alemán Nico Rosberg fue embestido por su compatriota Sebastian Vettel (Ferrari). Nico definió el choque de Seb, en el que rompió su propio auto y por el que fue sancionado con tres puestos de recargo para el próximo GP, como el de “un avión cuádruple campeón del mundo descontrolado”. Rosberg quedó retrasado y desde allí inició una remontada que lo dejó en el último escalón del podio a pesar de recibir una sanción de 10 segundos de recargo por una mala maniobra en perjuicio del finlandés Kimi Räikkönen (Ferrari).
Mientras Rosberg hacía su propia carrera en pos de lograr la mayor cantidad de puntos posibles, el inglés Lewis Hamilton parecía irse derecho a la victoria tras largar desde la pole position. Sin embargo, a 15 vueltas del final, el motor de su vehículo desprendió una llamarada que incineró sus esperanzas de triunfo y encendió la mecha de la polémica. “No puedo creer que se haya roto este motor. Mercedes-Benz ha fabricado 43 motores, pero estas cosas me pasan a mí… Parece que alguien o algo no quiere que yo gane, pero no me voy a dar por vencido”, disparó no bien llegó a los boxes. Luego, más calmado, afirmó: “Tengo fe en mi equipo”.
De todas estas situaciones sacaron provecho Ricciardo y Verstappen, quienes lograron un doblete que ratifica el buen nivel del equipo austríaco en esta parte del año. “No esperaba ganar en este circuito. Se me presentó la oportunidad y no la iba a dejar pasar”, explicó el aussie, que luchó palmo a palmo con su compañero. “Fue una disputa fuerte y agresiva, pero creo que ambos la disfrutamos”, aseguró.
Por último le dedicó el triunfo a Jules Bianchi, el piloto francés que falleció el 17 julio de 2015 por las lesiones sufridas tras un accidente en el GP de Japón de 2014. “Llevo esperando esta victoria para dedicársela a Jules. Mi vida definitivamente cambio con su accidente”, sostuvo.
Claro que el mayor beneficiado de lo que ocurrió en el GP de Malasia fue Rosberg. Llegó al circuito de Sepang con ocho puntos de ventaja sobre Lewis y se fue con 23 cuando aún quedan 125 por delante. “No puedo creer estar en el podio después de quedar último por el incidente con Vettel. Por suerte, la sanción que me aplicaron tampoco afectó mi posición… Salí con la idea de ganar, pero no se pudo. Ahora pienso en Japón y cuando me suba del vuelta a mi auto solo intentaré una cosa: ganar”, explicó Nico, que carrera tras carrera se ilusiona con ser el nuevo campeón de la Máxima.
Fuente: CORSA