Tengo que empezar esta nota confesando algo, nunca me interesaron mucho las carreras de de EE.UU.. Autos dando vueltas en círculos y mucha menos tecnología que en Europa. Sin embargo, si hay algo que los habitantes del gran país del norte saben hacer es espectáculo: potencia, show, ruido y una cantidad de atracciones acompañan a esta nota.
Arrancamos con la pista, un circuito urbano en la isla de Belle Isle, a pocos minutos del centro de la ciudad. Bien, ya tenemos curvas que no giran todas para el mismo lado, esto parece una carrera de autos como las que me gustan.
si hay algo que los habitantes del gran país del norte saben hacer es espectáculo
Segundo: vas y volvés en buses o en los clásicos transportes escolares de EE.UU., gratis, en orden, sentado. Tercero: el predio, un inmenso parque donde vas a encontrar puestos de comida, de ropa, de diferentes asociaciones (incluyendo a la fuerza aérea), juegos, un escenario con bandas en vivo y finalmente una sección con stand, exhibición e inclusive entrevistas públicas a pilotos, todo de Chevrolet que le pone su nombre a este Grand Prix.
Fórmula abierta
Si bien el fin de semana hay dos carreras, nosotros fuimos a la del domingo. Lo primero que llama la atención es que al contrario de la reservadísima F1, acá los boxes eran carpas y podíamos caminar por la calle casi sin inconvenientes. Llegó la hora de la clasificación dominical, pero como la carrera era mucho más tarde, hubo tiempo para divertirnos con dos tremendas carrera soporte.
Rugido Trans Am
Si alguien me dijera de sentarme a ver por TV una carrera de Trans Am, le diría que tengo mejores cosas que hacer, pero en la pista es todo un deleite con los clásicos muscle cars gringos girando a toda velocidad y detonando adrenalina con el tronar de sus groseros V8 de hasta 850 caballos. Y lo mejor de la tarde todavía no había llegado.
Las pick-ups locas
Bajo el nombre de Stadium Super Trucks (SST) aparecieron en la pista primero unas rampas y después un desfile de locos lindos a bordo de sus chatas súper levantadas, corriendo en pista. Con 600 caballos ver a estas camionetas en acción es de lo más divertido, volando más de 7 metros en cada salto y doblando a toda velocidad ¡en 3 ruedas!
El Grand Prix
Sinceramente, no fue una carrera tan entretenida, al menos desde la posición donde me encontraba donde era prácticamente imposible que se diera un sobrepaso o maniobra complicada, pero ¡qué increíble es ver pasar a estos autos, anchos y con un sonido potente, entre feroz y agudo!
¿Vos que opinás?
Hablando de monopostos, ¿qué preferís, la F1 o Indy?