Con el objetivo de mantener el ritmo de ventas de los últimos años, Land Rover modificó uno de sus modelos más importantes, la Range Rover. El facelift de la SUV no fue sólo estético, sino que la marca británica también se encargó de darle nuevo equipamiento y hasta nuevas ofertas de motorización.
En primer lugar, hubo un rediseño de la parrilla y los paragolpes, así como de los grupos ópticos Pixel-laser LED. Por su parte, el interior luce un nuevo sistema multimedia con una pantalla de 10", asientos delanteros con posición eléctrica, un cuadro de instrumentos digital y paneles de puertas más atractivos. Además de lo anterior, tenemos asientos traseros con una reclinación en hasta 40º, un hotspot Wi-Fi 4G y varios puertos USB para cargar aparatos electrónicos.
Respecto a la parte mecánica, lo que más llama la atención de este modelo de Land Rover es la nueva versión hybrid plug-in. Ésta se compone por un motor naftero de cuatro cilindros 2.0 L, un motor eléctrico y una batería de iones de litio de 13,1 kWh. El Range Rover P400e genera 398 CV y 640 Nm, pudiendo acelerar de 0 a 100 km/h en 6,6s y tener una velocidad máxima de 220 km/h. En modo eléctrico, su autonomía es de algo más de 80 km.
Pero si lo tuyo es la combustión interna, Land Rover ofrece un V8 5.0L de 557 CV y 700 Nm que el 0-100 lo logra en 5,1s. También están disponibles versiones de 518 CV y otras con motor 3.0 L naftero (340 o 380 CV) o V6 gasolero (254 CV).