Antes de concluir el año, BMW presentó el safety car para la temporada 2018 del MotoGP, basado en la nueva generación del M5. Siguiendo la tradición que se remonta a casi 20 años atrás, los bávaros serán nuevamente el proveedor del vehículo de seguridad de la máxima categoría del motociclismo.
Debido a que el nuevo pace car toma como base al nuevo M5, el auto goza de la misma dinámica de conducción que el vehículo de serie. Esto quiere decir que tenemos el sistema de tracción total xDrive, junto al motor V8 de 4.4 L con la tecnología M TwinPower Turbo con 600 CV y 750 Nm de torque. Acoplado a la nueva caja de cambios Steptronic de ocho relaciones, el sedán puede ir de 0 a 100 km/h en sólo 3,4s.
Además de lo anterior, el chasis contiene elementos cinemáticos y elastocinemáticos específicos de la gama M que contribuyen a una performance optimizada. Por su parte, el peso también juega un papel importante en el rendimiento ya que ha sido reducido con elementos como el techo de plástico ligero reforzado con fibra de carbono (CFRP). Junto a todo esto, el M5 gana en su imagen deportiva y aerodinámica gracias a varios componentes en fibra de carbono como el difusor trasero, el spoiler, la parrilla delantera tipo ‘riñón’, los espejos laterales y las entradas de aire. Para completar, viene con un sistema de escape deportivo BMW M Performance de titanio, tubos de escape en carbono, y un diseño pensado para la pista.
Lo que cambia respecto al M5 normal es la inclusión de elementos especiales para las carreras y en el equipo de seguridad necesario. De esta forma, el difusor frontal es un prototipo desarrollado específicamente para el pace car y a su vez, lleva asientos del M4 GTS, una barra de luces de LED en el techo y las luces azules delanteras.