La temporada 2018 de la F-1 marcará un hecho histórico. Por primera vez en 47 años no habrá un piloto brasileño corriendo en la categoría ya que Felipe Massa (foto), el único que participa en la actualidad, se retirará al finalizar el presente torneo. Al mejor estilo de la Argentina, Brasil padece la falta de apoyo presupuestario para los jóvenes talentos como consecuencia de la recesión económica que afecta al vecino país.
Las esperanzas de tener nuevamente un representante en la Máxima apuntan a 2019 con Pietro Fittipaldi (21), nieto de Emerson Fittipaldi y líder del torneo de la World Series Formula V8 3.5; y Sérgio Sette Câmara (19), que marcha 12º en la Fórmula 2.
El propio Massa es un especialista del tema, no solo por lo deportivo, sino porque intentó ayudar a sus compatriotas con la Fórmula Fiat, proyecto que solventó, pero que se truncó (en la actualidad esos autos integran la Fórmula 4 Sudamericana). “Que no haya más brasileños es por un conjunto de cosas y no solo por lo económico. También es responsabilidad de la Confederación Brasileña de Automovilismo, que no armó programas para desarrollar pilotos”, sentenció Felipe en diálogo con CORSA.
En tanto que Emerson Fittipaldi, campeón de la Máxima en 1972 y 1974, en charla con La Única afirmó: “Será muy triste no tener un piloto en la categoría. El problema es que si el Estado no puede poner dinero, tampoco hay un plan serio de empresas privadas que ayude a nuestros pilotos”.
Antes un brasileño hacía escuela en promocionales europeas y llegaba aceitado a la F-1. Hoy eso no pasa y escasean sus exponentes en el Viejo Mundo. El escenario permite suponer que quizás un futuro talento no tenga los medios para desarrollarse. Así empezó la Argentina tras el retiro de Carlos Alberto Reutemann hace 35 años. ¿Brasil repetirá la historia?
Fuente: CORSA