Una vez más Vilner, el excéntrico taller búlgaro ha hecho de las suyas al desarrollar el Mitsubishi Allroads Ronin, un auto que se destaca por el tremendo nivel de personalización que se ve en el interior.
Tomando como base un Lancer Ralliart de 2011, el nombre de este sedán hace referencia a los caballeros samurái. Como podemos ver, en el habitáculo se impuso un estilo que lo hace ver como una verdadera obra de arte japonesa, debido al grado de artesanía, precisión y pasión con el que fueron elaborados cada uno de sus componentes.
Indudablemente, lo que más llama la atención son las decoraciones de madera, alcántara y cuero en los asientos, paneles, volante, tablero, palanca de cambios y freno de mano. De este último se destaca el diseño que simula una empuñadura de una katana, la típica espada japonesa. Este arma tradicional de los guerreros nipones hace otra aparición en el asiento posterior. Igual de impresionante es el trabajo realizado en el techo, cubierto de ilustraciones de dragones. El cuadro de instrumentos luce un estilo Ferrari y se logró una mejor insonorización mediante material de amortiguamiento acústico.
Claro que este trabajo de personalización en el interior es tan original que el exterior queda un poco opacado. Aun así vale la pena mencionar el color rojo de las llantas, los detalles de la carrocería y la iluminación LED. Todo lo anterior se complementa con una suspensión elevada y los neumáticos Yokohama Geolandar A/TS. Donde no hay cambios es en el motor, por lo que se mantiene la potencia de 240 CV y el torque de 465 Nm.