Volvo Cars abre un nuevo capítulo en su libro de historia con la inauguración de su primera planta en Estados Unidos, específicamente en Charleston, South Carolina.
Con la apertura de esta emblemática fábrica en Norteamérica, (que inició su construcción en 2015) Volvo además de posicionarse como un destacado actor internacional en el sector automotor, cumple el objetivo de tener centros de producción en las tres regiones comerciales más importantes del mundo: dos fábricas y una planta de motores en Europa, tres fábricas y un planta de motores de China y las plantas de montaje en India y Malasia.
La nueva planta de Estados Unidos, tendrá la misión de fabricar el S60 bajo la plataforma SPA -Scalable Product Architecture (Arquitectura Escalable de Productos)- y para 2021, también verá salir de las líneas de ensamble la próxima generación del XC90.
Es importante acotar que los vehículos construidos en Charleston serán para abastecer el mercado local y para la exportación, asimismo, el nuevo S60 es el primer modelo de Volvo que se vende sin motor diesel, lo que indica el compromiso de la marca con la comercialización de vehículos electrificados.
Además del centro de producción con una capacidad de 150.000 vehículos al año, la nueva planta de Charleston, (con un área de 647 hectáreas) contiene un edificio de oficinas con capacidad para 300 empleados, donde están situados los departamentos de I+D, compras, calidad y ventas.
Tras la inauguración de esta nueva planta, Volvo Cars invertirá aproximadamente USD 1.100 millones en sus operaciones de fabricación en Estados Unidos, al tiempo que creará unos 4.000 puestos de trabajo en Charleston. Tan sólo a finales de este 2018, la empresa tiene previsto contratar 1.500 empleados.
