En esta época en que los Salones están en declive, con cada vez menos marcas interesadas en participar, eventos como el Festival de la Velocidad de Goodwood cobran cada vez más relevancia. No hablamos de éste sólo como un show enfocado en los fanáticos, sino también a los ojos de las marcas, que ven un gran marco para develar sus novedades.
El evento cumple 25 años de vida, erigiéndose como el mayor evento de este tipo en Gran Bretaña y, quizás, la celebración más importante del mundo en lo que respecta a cultura automotriz.
Se trata de una extraña mezcla entre exhibición, show deportivo, paseo de autos clásicos y carreras cronometradas, todo realizado en el parque que rodea el Castillo de Goodwood, ubicado a unos 100 km al sur de Londres. Y es ahí donde esta semana se celebrarán las bodas de plata, con la presencia confirmada de unos veinte fabricantes.
Todo nació como un capricho de Lord March, duque de Richmond, un fanático de los autos que hace un cuarto de siglo buscó convertir su castillo en un santuario del automovilismo. Claro que no es cualquier castillo, ya que en esa propiedad, que además cuenta con un hipódromo, existía un circuito que albergó carreras entre 1948 y 1966, y donde en 1970 fallecería Bruce McLaren.
Lord March quiso revivir esa época, pero al no contar con los permisos para realizar competencias deportivas, decidió llevar a cabo en su propiedad una concentración de vehículos históricos pertenecientes a algunos de sus amigos.
La primera cita se realizó el 13 de junio de 1993, el mismo día en que se corrían las 24 Horas de Le Mans. Aún así llegaron más de 20.000 espectadores. Con los años fue creciendo su fama, aumentando sus días y la cantidad de estrellas presentes. Ya en 2010 se consolidó como un evento de cuatro días, de jueves a domingo, instalado en medio del verano europeo, que congrega religiosamente más de 200.000 espectadores provenientes de todo el mundo.
Dentro de los gigantescos jardines de Goodwood existe un trazado de 3 km, que es recorrido por cientos de autos. Pero el mayor atractivo es la trepada de 1.860 m a la colina de Goodwood, con 92 m de elevación, que se hace contra el tiempo, y cuyo récord pertenece a Nick Heidfeld, el expiloto de F1. En 1999, Heidfield cronometró 41,6s a bordo de un McLaren MP4/13, monoplaza con el que Mika Häkkinen había conquistado su primera corona de la F1 en 1998.
Con el paso de los años, Goodwood convocó grandes superdeportivos, autos exclusivos de coleccionistas, reliquias vintage, bólidos clásicos, modelos de competición modernos y antiguos. Y en los últimos años, novedades mundiales de la mano de los fabricantes, que se han tomado Goodwood de la misma manera que lo hicieron con Pebble Beach.
Las bodas de plata
Una triple celebración se realizará este año en el Festival de la Velocidad de Goodwood, ya que además de festejarse las bodas de plata del evento, Land Rover realizará una exhibición por sus 70 años de vida y se homenajearán los 70 años del nacimiento de Porsche.
No será la primera celebración de la marca alemana en Goodwood, ya que en 1998 festejó ahí su medio siglo, y en 2013 el medio siglo de la leyenda del 911.
Porsche ya ha anunciado que exhibirá una de las primeras unidades fabricadas del 356, el auto que le dio la vida, y que hará trepar la colina al 917, el mítico prototipo que le dio sus dos primeras victorias en Le Mans en 1970 y 1971. También se especula que la marca aprovechará esa instancia para develar algún nuevo modelo.
Esto mismo es lo que harán varias marcas, incluyendo Toyota, que anunció que el esperado Supra se destapará en Goodwood.
Otros debuts mundiales, al menos frente al público o de manera dinámica, serán los McLaren 600LT y Senna GTR, el Aston Martin DBS Superleggera, el Brabham BT62, el Mercedes-AMG GT63 S de cuatro puertas, el Polestar 1, el Bentley Bentayga Pikes Peak, el BMW Serie 8 y Serie 8 GTE, la Ferrari 488 Pista, el Ford Mustang Bullit, el Jaguar F-Pace SVR y el Lamborghini Centenario Roadster.
Autocosmos ofrecerá una cobertura especial del Festival de la Velocidad de Goodwood 2018.