Tuatara es una palabra bastante rara, pero honestamente, también lo son Veyron, Agera o Huayra. Hoy en día, todas esas son fácilmente identificables por sus prestaciones, sus cifras y calidad. Seguramente lo será Tuatara, la denominación del nuevo miembro de la larga lista de hiperdeportivos de más de mil caballos de fuerza.
Siete años han pasado desde que Shelby Super Cars anunciase la fabricación de un modelo deportivo, hasta que SSC presentó definitvamente el Tuatara definitivo. Lo hizo en el mejor lugar posible para una marca de este tipo, Pebble Beach.
El fabricante norteamericano no sólo mostró el modelo físico, sino que entregó los datos más relevantes. Primero y principal, tenemos un portentoso V8 5.9 L biturbo, que eroga 1.350 CV, y si se utiliza combustible E85 (etanol al 85%) en lugar de nafta convencional, puede irse hasta los 1.750 CV. Este bloque va asociado a una caja manual robotizada de siete relaciones, que envía el torque al eje posterior.
El segundo tema notable es la construcción, que se realizó con materiales ligeros, incluyendo mucha fibra de carbono y titanio, consiguiendo que el Tuatara y sus 4.420 mm de largo y 2.000 mm de ancho pese apenas 1.247 kg, una cifra que está levemente por encima del McLaren Senna. De ellos, 196 kg corresponden al motor, lo que habla de su bien lograda ligereza.
Un tercer dato es su gran trabajo aerodinámico, consiguiendo un coeficiente de 0,279, mucho mejor que el del Koenigsegg Regera, Bugatti Chiron o Hennessey Venom F5, sus rivales más próximos. Finalmente, está su velocidad máxima, anunciada en 483 km/h. Lamentablemente, SSC se reservó el tiempo que demora en el 0-100.
SSC North America ya acepta pedidos para su auto, que se fabricará en una nueva planta que se levanta en el estado de Washington. Si bien no se ha comunicado el precio, aunque suponemos que estará bien por encima del millón de dólares, la marca quiere fabricar solamente 100 unidades.
¿Y de dónde viene el nombre? De un reptil que habita las islas sureñas de Nueva Zelanda.