El caso Diéselgate sigue golpeando a Audi. Esta vez, la fiscalía de Múnich, que mantiene una investigación en curso,impuso una multa de € 800 millones que se suma a una algo superior impuesta a Volkswagen hace sólo unos meses. La marca de los anillos deberá abonar € 5 millones por negligencia y ofensas contra la normativa medioambiental, y € 795 millones adicionales como restitución de los beneficios obtenidos mediante este engaño.
La investigación de la fiscalía acusa a Audi de ser el centro de una trama de manipulación y engaño, donde también se vieron arrastrados Volkswagen, Skoda y SEAT, pidiendo la revisión de más de 60.000 autos equipados con el motor V6 3.0 L turbodiésel, que cuentan con un software ilegal para la gestión del AdBlue.
A ello se suma la petición por parte de la Oficina de Vehículos Motorizados de Alemania de revisar otras 60.000 unidades afectadas de la Porsche Cayenne S diésel y de la Macan S diésel, ambos equipados con motores suministrados por Audi. Porsche ya entabló una demanda en contra de la marca de los anillos por este hecho.
Audi emitió un comunicado donde acepta la multa de la fiscalía y reconoce su responsabilidad en el escándalo de las emisiones, admitiendo una manipulación deliberada de los motores mediante este software que falseaba las emisiones. Esta multa y su aceptación por parte de la marca no la librará de las investigaciones que siguen su curso, con los 20 cargos que está estudiando la fiscalía, y que entre otras repercusiones tiene a su expresidente (Rupert Stadler) tras las rejas.