Los huevos de Fabergé son unas famosas obras de joyerías realizadas por Carl Fabergé y su empresa, siempre a pedido de influyentes nobles y burgueses de la Rusia zarista. De hecho, el primero de estos huevos fue realizado expresamente para el zar Alejandro II, y se consideran obras maestras.
Sinónimo de opulencia y lujo, estos huevos incrustados con diamantes, zafiros o rubíes se realizaron en mucha cantidad hasta la irrupción del socialismo en 1917 con Lenin y compañía, e incluso muchos se perdieron en el tiempo. Ahora, una marca reconocida también por el lujo y la opulencia revive la leyenda. Hablamos claro de Rolls-Royce.
La marca británica no dio a conocer el comprador, pero sí reveló que los diseñadores Stefan Monro y Alex Innes fueron los creadores del borrador, y que Liisa Tallgren, diseñadora en jefe de Fabergé renderizó el diseño para que siete artesanos lo llevaran a cabo.
El huevo decorado con el Espíritu del Éxtasis es el segundo en realizarse con el sello de "Clase Imperial" desde la Revolución de Octubre, y está realizado en oro blanco de 18K de pureza, grabado a mano y cubierto por un esmalte guilloche violeta. La estrcutura del huevo está hecha en oro rosa cubierto de diamantes y amatistas, que protegen el Espíritu del Éxtasis realizado en cuarzo esculpido a mano. Un detalle es que el huevo cuenta con un pequeño accionamiento para abrirse y mostrar el Espíritu.
El huevo de Fabergé se reveló en la Casa Rolls-Royce en Goodowood, y se presentará en la vidriera que Fabergé tiene en Londres antes de ser entregado a su misterioso dueño, coleccionista de ambas marcas.