El Dr. Alexander Wehr, CEO de BMW Latinoamérica nos recibió en sus oficinas ubicadas en al Ciudad de México para platicar acerca de lo que representa la región para el conglomerado teutón, así como un poco de sus planes y expectativas para 2019
¿Qué significa que se haya unificado toda Latinoamérica bajo una sola región para BMW? ¿Cómo impacta eso de cara a los clientes de la marca?
Desde el año 2016 estamos consolidando esta región tan prometedora para nosotros, al inicio fueron las operaciones de México y mercados importadores como Chile, Colombia. Así como nuestras operaciones en Argentina, mientras que Brasil se integró apenas el año pasado. En total, ahora gestionamos 28 países desde aquí. El objetivo era posicionar a Latinoamérica como una región poderosa y aprovechar todo su potencial de crecimiento para las marcas del grupo. De hecho, BMW Latinoamérica fue la región que más creció en 2018, por arriba del 8%, lo cual nos posiciona incluso por encima de China.
Esta consolidación además nos da ventajas en muchísimos aspectos, como por ejemplo la gestión de producción que ahora es más ágil y más adecuada a las necesidades de cada mercado. Anteriormente, eso se hacía desde nuestra casa matriz en Alemania y por lo tanto nos tomaba mucho más tiempo reaccionar a cualquier situación que presentaran los distintos mercados.
Pareciera que, para los mercados de Latinoamérica la constante es la incertidumbre, ¿cómo gestiona BMW Latinoamérica esta situación?
De hecho, es muy diferente a otras regiones del mundo, y como dijiste, lo estable es lo inestable, cada día es diferente. Estamos viviendo momentos políticos de incertidumbre con Venezuela por ejemplo, y también circunstancias económicas muy cambiantes. Eso es un reto, se hace más difícil hacer planes a corto y mediano plazo, sin embargo, lo importante y algo que caracteriza a BMW es que siempre trabajamos a largo plazo.
Por ejemplo, nuestras inversiones para una nueva planta en San Luis Potosí, México son una muestra de esa visión a largo plazo, independientemente de las variaciones, nuestra estrategia se ha mantenido, pero es muy importante que a corto y mediano plazo ser capaces de adaptarnos, de reaccionar muy rápido a los cambios, ya sea políticos o económicos que presenten los diferentes mercados.
¿Cómo cerraron las diferentes operaciones de BMW en otros mercados de Latinoamérica?
México sigue siendo el mercado más importante para BMW en Latinoamérica, el mercado total en México cayó 7%. En 2018, cerró en 1,.42 millones de unidades, esperábamos incluso una cifra alrededor de las 1,6 millones de unidades, con lo cual, cayó más de lo que se esperaba.
Afortunadamente, nuestras marcas y distribuidores lograron posicionarse bien en 2018, las ventas de BMW nuestra marca principal, crecieron 18%, lo cual es espectacular, por su parte MINI creció por arriba del 7%. Comercializamos casi 25.000 unidades solamente en México, lo que consolida nuestra posición de líderes en el segmento premium. Los demás mercados terminaron de diferente forma, por ejemplo, Brasil tuvo un buen 2018, comercializamos 11.500 unidades de BMW, 13.000 en total.
Es muy difícil dar un promedio de los demás mercados porque cada uno es muy distinto, sin embargo, en los países con importadores también tuvimos un buen año, con lo cual pudimos posicionarnos en primer lugar, y bueno Argentina tiene sus retos.
¿Cómo abordan en BMW el enorme crecimiento de la preferencia de los consumidores por las SUVs? ¿Existe algún tipo de conflicto al interior, considerando que los sedanes son parte fundamental de los valores que ayudaron a construir la fama de BMW?
Hay que reconocer que BMW fue de los primeros en diversificar de manera muy importante su gama, si tomamos como ejemplo al Serie 3, recordarás que no solo se ofrecía versión sedán, sino también descapotable, coupé o bien en station wagon. Eso es parte de nuestro ADN y seguimos impulsando el crecimiento de diferentes versiones.
Es correcto que las SUVs son la configuración predilecta por los consumidores en la actualidad, y nosotros nos adaptamos con mucho gusto. De hecho, BMW es la marca que tiene la gama más amplia de camionetas y 2018 fue el año de la gama X. Nada más el año anterior lanzamos X2, X4 y X5, mientras que están por venir X6 y X7.
El crecimiento de las SUVs es una tendencia de todo el continente americano. Y regresando a tu pregunta, no lo veo como conflicto, es cierto que BMW tiene gran historia en los sedanes, pero hoy por hoy todavía estamos creciendo mucho y tenemos muy buena recepción por parte de los consumidores, no solo con SUVs, sino también con nuestros autos. Ya viene el actualizado Serie 7, es nuestro buque insignia y es un auto que se vende muy bien a nivel mundial.
Estamos por lanzar tres versiones del nuevo Serie 8 (Coupé, Gran Coupé y Cabriolet), Y por supuesto estamos por introducir la séptima generación de nuestro Serie 3, que es nuestro Blockbuster por decirlo de alguna manera y que de hecho se fabricará en México para satisfacer la demanda mundial. Entonces para mí no es un conflicto, sino una coexistencia natural que nos permite ofrecerle a cada cliente el tipo de vehículo que necesita.
¿Ya hay fecha para el Serie 1 en el resto de América Latina, además de lanzarse en México?
No, eso aún no, pero estamos trabajando en un concepto muy innovador para esos mercados sobre el Serie 1 proveniente de China y lo estaremos presentando en los próximos años.
¿Cómo ves el potencial de crecimiento de híbridos y eléctricos en Latinoamérica?
Para nosotros claramente el futuro es eléctrico, es la propulsión más eficiente a mediano y largo plazo, pero la velocidad de adopción en cada mercado será diferente porque depende no solo de la recepción por parte del consumidor, sino también de los incentivos que dé el gobierno, el crecimiento de la infraestructura y muchos factores más.
Latinoamérica es muy diverso, mercados como Costa Rica están creciendo de manera importante dado el interés de ese país en apostar por las tecnologías verdes, o bien en Colombia, hay ciudades como Medellín que están creciendo de forma interesante. Por su parte, Perú y Chile también se están encaminando hacia allá, pero cada país es muy distinto.
Brasil está por empezar a crecer también en este sentido, de hecho, recientemente abrimos un corredor de cargadores entre las ciudades de Sao Paulo y Rio de Janeiro, que demuestra que se está trabajando en ese tema.
¿En tu opinión que hace falta para que la adopción de híbridos y eléctricos crezca de manera más acelerada en Latinoamérica?
Por parte de la industria ya estamos trabajando en colaboraciones como con Nissan por ejemplo, ya contamos con más de 500 estaciones de carga en México y también tenemos buen acercamiento con CFE para catalizar el crecimiento de la infraestructura. Lo que sí podría ayudar mucho es la existencia de algún tipo de incentivo tanto financiero como no financiero para la compra de este tipo de vehículos por parte del gobierno; por ejemplo, tan solo eliminar el IVA daría un enorme impulso a ese tipo de tecnología.
Es un aprendizaje que ya se tiene de otros países como Noruega donde prácticamente la mitad del mercado ya es electrificado, ese país es una muestra de cómo la industria y gobierno crearon las condiciones para que ese crecimiento se diera de forma acelerada, además de incentivos hay vías exclusivas, beneficios para estacionamiento.
Ojalá que este nuevo gobierno dé prioridad a temas de sustentabilidad y electro movilidad, porque nosotros estamos listos.
¿Sobre la tecnología diésel, crees afectó de alguna forma el Dieselgate de Grupo Volkswagen? ¿Cuál es la perspectiva en el caso de Latinoamérica?
La tecnología diésel para mí es de las más eficientes, sin ella va a ser muy difícil cumplir con las regulaciones de emisiones acordadas para 2020-2025, es algo que aplica principalmente para Europa, pero no exclusivamente. Hablando de la tecnología diésel de BMW puedo asegurar que es muy eficiente, así como capaz de entregar excelentes niveles de emisiones y rendimiento.
Para Latinoamérica no es un tema porque es un tipo de motorización casi exclusivo de vehículos comerciales, prácticamente no de pasajeros. Pero para la industria será clave trabajar en una mezcla de distintos tipos de propulsión, no solo eléctrica, sino gasolina, diésel, híbridos e incluso hidrógeno más hacia el futuro para realmente mitigar el impacto al medio ambiente.
En el caso de Latinoamérica y su contexto; la falta de infraestructura, cultura y educación vial, así como demás factores, ¿cómo ves el desarrollo de la conducción autónoma?
Latinoamérica como te comentaba es muy grande y tiene muchísimo potencial, para mí en mercados emergentes el tema de la movilidad sigue siendo una cuestión de derechos humanos. Es un tema que está ligado al desarrollo de un pueblo y de un país, para muestra podemos ver mercados maduros como Europa o Estados Unidos.
Aquí yo veo una clase media creciente, veo también mucha apertura a las nuevas tecnologías, ya sea en cuestiones de electro movilidad, conectividad, hasta el uso de redes sociales y por supuesto la conducción autónoma.
En la actualidad nuestros productos ya cuentan con funciones de conducción autónoma, como nuestro Serie 7 que se puede autoestacionar, o bien el Serie 5 que se puede autoconducir hasta velocidades de 210 km/h. La tecnología, al menos en parte ya está aquí y lo que vemos es que nuestros clientes latinos tienen buena aceptación de este tipo de elementos.
¿Crees que existen retos específicos para Latinoamérica en materia de servicio postventa, en comparación con mercados desarrollados como Alemania o Estados Unidos?
Sí claro que los hay, al ser una región en desarrollo, con distancias enormes y estar tan lejos de nuestra casa matriz hay retos principalmente logísticos, como tiempos de envío de partes, normalmente se demoran un poco más. También está el tema la capacidad y estructura que tienen nuestros talleres, al venir creciendo a doble dígito en ventas, es necesario ampliar la infraestructura de servicio y por último y no menos importante la capacitación del personal.
En esas tres áreas estamos trabajando muy intensamente; por ejemplo, estamos por abrir un centro de distribución que dará servicio a todo el continente y que nos permitirá disminuir los tiempos de entrega, así como abatir costos.
En cuanto a la capacidad de los talleres, en los últimos tres años hemos aumentado en más del 20% las rampas por taller y también estamos invirtiendo mucho en conjunto con nuestros socios a nivel regional en capacitación y retención del personal para brindar el mejor servicio a nuestros clientes.
¿Cómo ves el potencial del crecimiento de MINI en Latinoamérica?
Efectivamente, MINI no es una marca mainstream pero es una marca que siempre provoca una sonrisa y de hecho Latinoamérica es una región en donde es muy bien recibida. Nada más el año pasado comercializamos por arriba de 10.000 unidades en la región.
A los latinoamericanos les gusta mucho el concepto de deportividad de los MINI, que se manejan como go-karts y las emociones que transmite la marca.
¿Cuál es tu perspectiva para BMW Latinoamérica en 2019? ¿Pueden lograr otro 8% de crecimiento como el año pasado?
Bueno, tengo una visión, planes, sueños, pero lo comentábamos, Latinoamérica es difícil y cada país es muy diferente. Lo que sí te puedo decir es que creemos en esta región, estamos comprometidos con ella, tanto así que estamos por lanzar nuestra tercera planta, la de San Luis Potosí, además de las dos que ya tenemos en Brasil.
El segmento premium creo que sí debe crecer, tan solo debido al crecimiento de oferta de productos, como decía X6, X7, Serie 8, Z4, Serie 3, Serie 1, será la gama más extensa y joven que hayamos tenido y claramente la idea es mantener nuestra posición en el mercado. En Brasil también pronosticamos un crecimiento, mientras que en los mercados de importación debiera ser muy estable.