Waze es una de las apps que mejor supo intepretar la necesidad de los conductores. Su capacidad de anticipar embotellamientos y radares la hace una de las aplicaciones más estimadas a la hora de navegar por las inmensas ciudades del mundo. De origen israelí, ahora la app podría estar sumida en un problema grave derivado de su mejor cualidad: mandarte por el trayecto menos congestionado.
Sucede que en la ciudad de Los Ángeles, una de las urbes más importante de Estados Unidos, hogar de más de 3,5 millones de personas (número que se incrementa a 18,5 millones en el área metropolitana lindante), la concejala Suzie Price presentó un proyecto que busca negociar con la app, que desde 2013 es propiedad de Google, unas rutas que no afecten la quietud de ciertos barrios residenciales.
David Ryu, otro miembro del concejo angelino, declaró al medio LPO que muchas calles por las que te manda Waze no están preparadas para el tráfico pesado. Esto produce el famoso efecto de "road rage" y deprecia el valor de los inmuebles que ahora se ven envueltos por ruido permanente y polución.
Si bien la instancias legales parecen estar lejanas, lo cierto es que esta situación abre el debate acerca de los usos y abusos de la tecnología y como impactan en las ciudades y las rutinas. Un buen ejemplo de esto es Londres, la capital británica, que en 2017 frenó a Uber, por considerarla un peligro para el tráfico urbano.
Por lo pronto, Los Ángeles y Waze deberán sentarse a charlar... ¿qué te parece? ¿Coincidís con el planteo de Ryu y Price o creés que no están en lo correcto?