Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, tanto Japón como Nissan estaban en crisis, por lo que los directivos rápidamente detectaron que tenían que salir a conquistar otros mercados si es que querían sobrevivir. Con ello en mente, se fijaron un objetivo: Estados Unidos.
Para que este proyecto encabezado por Yutaka Katayama tuviera éxito, los japoneses solicitaron la asesoría del estadounidense Edwards Deming, un reconocido estadístico y profesor, difusor del concepto de calidad total a bajo costo, quién les propuso un plazo no mayor de cinco años para lograr su objetivo. Yutaka Katayama aceptó el reto, pero tomó algunas medidas precautorias, como el decidir que los autos vendidos en Estados Unidos lo hicieran bajo la marca Datsun, para que un posible fracaso no afectara la imagen de Nissan.
Rápidamente, gracias a su fiabilidad y economía de combustible, los Datsun se abrieron paso no sólo en Estados Unidos, sino en otros países de la región. Pero la verdad, es que eran percibidos como productos sin mayor encanto. Así que Katayama, decidió añadir a la fórmula “carisma y corazón”, algo que ni el propio Datsun Fairlady, inspirado en los roadsters británicos de MG y Triumph, conseguía del todo.
Toda esta serie de acontecimientos sembraron la semilla de algo grande y es que Katayama lejos de rendirse se puso como meta el desarrollar un producto innovador, que pudiese entrar en la élite mundial. Para lograrlo, llamó a Albrecht Von Goetzm, famoso por haber diseñado los BMW 503 y 507, quien asentó los trazos del futuro deportivo de la marca.
Este deportivo biplaza recibió el nombre de proyecto Z, pero no fue aprobado hasta que Katayama, estuviese completamente seguro de que cumplía con todos los requisitos antes fijados para triunfar por todo el mundo.
El producto final, se presentó en Japón con el nombre de “Fairlady Z”, mientras que en Estados Unidos fue rebautizado como Datsun 240Z, iniciando así, una de los leyendas automotrices más apasionantes e ilustres, no sólo de Japón, sino de todo el mundo.
Primera Generación (S30)
En Japón, el Nissan Z se presentó con un seis cilindros en línea de 2.0 L, pero su carácter de exportación, hicieron que en Estados Unidos (su principal objetivo) el Datsun 240Z optara por un L6 de 2.4 L que producía 150 CV y 201 Nm de torque, potencia que era enviada a las ruedas traseras a través de una caja manual de cuarta.
Era un auto potente, fiable y bonito, pero le hacía falta pedigrí ser tomado en serio. Es así que Katayama decide que participe en el Rally Safari del Este de 1971, resultando victorioso. Otro hito importante, lo obtuvo de la mano de John Morton y del equipo BRE (Brock Racing Enterprises), donde dominaron con mano de hierro los campeonatos del Sports Car Club of America (SCCA).
El asalto del Datsun 240Z tomó por sorpresa a los fabricantes estadounidenses, quienes veían como sus muscle cars se convertían en unas lentas, obsoletas y aburridas máquinas a causa de las normas ambientales derivadas de la crisis del petróleo de 1973.
Igual, el Nissan Z resultó ligeramente afectado, pero enfrentó la problemática con su primera evolución importante, que además de recibir ligeros cambios estéticos y la introducción de una carrocería 2+2, tenía como principal novedad que el motor se estiraba hasta los 2.6 L, adquiriéndo el nombre de 260Z. La potencia se reducía a 139 caballos, pero eso no mermó los éxitos en ventas y en los circuitos.
La evolución del Nissan Z continuaba y es así que 1975 se presenta el 280Z, que como se venía haciendo incrementaba del seis cilindros en línea hasta los 2.8 L y con ello la potencia llegaba a los 149 CV y 221 Nm de torque. Más equipo, peso y un carácter más cercano a un Gran Turismo, fueron la característica de este auto, que muy pronto se alejó de sus raíces.
Segunda Generación (S130)
Aunque su estética es muy similar al 280Z, en realidad el 280ZX (1979) es un auto completamente diferente. Es cierto que conserva el motor de 2.8 L y la transmisión, pero de ahí, en más, todo era completamente nuevo. Debido a que era más grande, pesado y lujoso que sus predecesores, se toma la decisión de añadir la letra X al nombre, que hacía referencia al lujo y confort.
Pese a que se el considera una involución al contar con una suspensión heredada del Bluebird 810 y una potencia de tan sólo 135 CV (con la que aceleraba de 0 a 100 km/h en 11s), este auto continuó cosechando triunfos en campeonatos estadounidenses como SCCA e IMSA.
Por suerte, para sanear el manejo soso y aburrido, que ya nada tenía que ver con los 240Z, en 1981 se presenta el 280 ZX Turbo, que gracias a la adopción de este elemento eleva la potencia hasta los 180 CV y 274 Nm, lo que le permitía alcanzar los 100 km/h desde el reposo total en 7,7s y lograr los 219 km/h de velocidad máxima.
Sólo como curiosidad, el 280Z es el último miembro de la familia comercializado bajo Datsun, al mismo tiempo que, según la leyenda urbana, este auto era la primera opción para encarnar a KITT, el Auto Fantástico.
Tercera Generación (Z31)
La tercera generación del Nissan Z llega en 1984, y representa la máximo evolución del auto hasta ese entonces. Se dejan atrás los L6 a favor de un V6 (VG30) capaz de erogar 160 CV y 236 Nm, se adoptó un esquema de suspensiones más eficiente, al mismo tiempo que Kazumasi Takagi le dió un nuevo estilo de diseño, en donde se destacan los faros escamoteables semiescondidos.
Las versiones turbo (VG30ET) con 200 CV y 308 Nm, nuevamente ponen la emoción. Era más pesado y de manejo suave que sus antecesore y se colocó como el segundo Nissan Z más vendido de la historia. Se mantuvo en producción hasta 1989, con algunos cambios estéticos, de equipamiento y técnicos, así como un ligero incremento de potencia de V6 tanto en la versión atmosférica (165 CV) y turbocargada (205 CV).
Cuarta generación (Z32)
Por primera vez se decide rediseñar el Nissan Z desde cero, y esto significa dejar atrás toda alusión al pasado, además, se tiene carta abierta en el apartado técnico, haciendo que sea un auto tremendamente atractivo, aerodinámico y mecánicamente complejo.
El motor V6 atmosférico de 3.0 L daba 222 CV, mientras que la versión biturbo eroga 280 caballos con la caja automática de cuatro relaciones, pero acoplado a una transmisión manual de quinta anuncia unos fantásticos 300 CV.
Con esta configuración, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,7s y alcanzar los 275 km/h, poniendo en serios aprietos a varios exóticos europeos, ya que, además, su manejo resultaba exquisito gracias a que contaba con un sistema de dirección en las ruedas traseras denominado Super HICAS.
Toda esta espectacularidad viene acompañada de un precio bastante elevado, que afecta sus ventas, por ello, en 1996 deja de comercializar en Estados Unidos, pero continúa su carrera comercial en Europa y Japón hasta 2000. Es el único deportivo japonés de la era dorada que se vendió en México. El dato curioso, es que los faros del 300 ZX fueron usados para el Lamborghini Diablo.
Quinta generación (Z33)
Tras la muerte del 300ZX viene una pequeña pausa que reinicia la historia de la zaga en 2003, cuando después de asegurar la continuidad de su deportivo con el 240Z Concept (1999), Nissan presenta el 350Z que significa un remplazamiento para la zaga, con la que se pretendía retomar mucha de la deportividad “a buen precio”, que fue olvidando al paso de los años.
Este auto destaca por su imagen, que, aunque moderna, tenía ciertas reminiscencias al 240Z original como el hecho de que regresaba a ser una coupé biplaza de tracción trasera, olvidándose de las opciones 2+2. Además, al estar montado sobre la plataforma Nissan FM, así como montar el motor VQ35DE, que son compartidos con diversos autos de tracción trasera del grupo, se garantiza un costo de producción contenido.
El propulsor es un V6 de 3.5 litros capaz de producir 287 CV, que al acoplarse a una caja manual de seis relaciones le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 5.,2s y alcanzar los 273 km/h de velocidad máxima. El conjunto técnico le otorga un manejo divertido, agresivo y efectivo, recuperando la esencia perdida.
La crítica y el público en general, lo reciben con los brazos abiertos. Con el paso del tiempo, recibió algunas mejoras donde el motor incrementó su potencia a los 300 CV en 2006, y a 305 CV en 2007. Es uno de los autos estrellas del “drift” y de la cultura JDM, así como destaca su participación en las películas Fast & Furious.
Sexta generación (Z34)
La última y todavía actual generación del Nissan Z que es lanzada en 2009, recibe el nombre de 370Z y aunque no lo parezca, es mucho más que una simple actualización del 350Z, del cual retoma muchos elementos estilísticos, además su chasis es completamente revisado para ofrecer más rigidez estructural, al mismo tiempo que es más ligero y potente.
Fiel a la tradición, el nombre hace alusión al cilindraje del motor, que en este caso es un VQ37VHR, de 3.7 L que en la versión base es capaz de erogar 332 CV y 366 Nm de torque. Acelera desde la inercia total hasta los primeros 100 km/h en 5,3s y alcanza los 284 km/h. La caja es una automática de siete cambios o manual de seis.
En el pináculo deportivo, se encuentra el 370Z NISMO, creado por Nissan Motorsports, que eleva la potencia del 3.7 L hasta los 350 caballos y 374 Nm de torque, además que recibe mejoras en el sistema de suspensiones, frenos y aerodinámica, que incrementan su performance.
Para celebrar medio siglo de vida, Nissan presentó el 370Z 50th Anniversary Edition 2020, de edición limitada, que rinde tributo al icónico 240Z #46 BRE (Brock Racing Enterprises). Además, esta versión también podría representar el fin del 370Z, ya que su relevo generacional podría estar a la vuelta de la esquina.