Se ha vuelto común que ciertos modelos de alta gama incluyan en su dotación (de serie u opcional) un sistema de dirección en las cuatro ruedas. ¿Para qué? Aumentar el desempeño y estabilidad a altas velocidades.
De los 80s a la actualidad
Más conocido en vehiculos de carga y modelos todo terreno modificados, este ssitema tuvo un primer momento de gloria en los 80s cuando muchos fabricantes japoneses trataron de incorporarlo en sus deportivos. Lamentablemente, los costos se encargaron del abandono de esta tecnologia quwe recién ahora vuelve a aparecer en tibiamente en modelos de alta gama, especialmente en los modelos alemanes.
No hay que confundir la dirección trasera con esquemas de suspensión que propician microgiro, algo que se utiliza de manera bastante masiva en autos, especialmente que tieen sistemas multibrazo trasero. En ese caso es la geometría que aprovecha la propia inclinación de la carrocería en curva para introducir un ángulo muy pequeño de giro y sobre el cual no se tiene un control activo.
¿Cómo funciona la dirección en las ruedas traseras?
Para lograr que el vehículo pueda hacer girar a las ruedas traseras el eje posterior lleva instalado un sistema de dirección con una cremallera de accionamiento eléctrico y dos actuadores electromecánicos que hacen que giran los neumáticos. Los actuadores están conectados a la ECU del vehículo que procesando la velocidad y el ángulo de dirección se ocupa de determinal el nivel de incidencia que se necesita en las ruedas posteriores.
Dependiendod e la necesidad y de la velocidad, las ruedas traseras se giran en la misma dirección o en la contraria a las delanteras, y siempre en muy pocos grados ya que el efecto direccional del eje posterior es superior al del frontal.
- A baja velocidad, las ruedas de atrás se mueven en dirección opuesta -aproximadamente 5º- a las de adelante, lo que permite hacer más fáciles las maniobras de cambio de carril o de estacionamiento. A esto lo denominan reducir virtualmente la distancia entre ejes, lo que acorta el radio de giro.
- A altas velocidades altas las ruedas traseras siguen el movimiento de las delanteras -en un ángulo de hasta 3.5º-, lo que mejora la súbitamente la respuesta de la dirección y aumenta la estabilidad en curvas, o al tener que esquivar un objeto que se cruce en el camino.
Aprovechando la dirección en las cuatro ruedas, también se crearon sistemas de dirección dinámica que intervienen en ambos ejes para estabilizar el vehículo en situaciones de conducción límite, por ejemplo, cuando se produce subviraje, sobreviraje o también cuando se circula por caminos deslizantes solo en un lado del vehículo.
Si bien esta tecnología está disponible en modelos premium, es un hecho que, con el paso del tiempo, será adoptado por muchas más marcas.