Tres décadas pasaron desde que Mercedes-Benz presentó en el Salón de Ginebra una osada variante del 190 E, nacida para correr. Cuesta creer que este misil germano, denominado 190 E 2.5-16 Evolution II, provenga de un sedán, al menos en sus componentes básicos. Una muestra de ello son los 235 CV con los que cuenta, muy lejos de los 109 CV del modelo estándar. Además, tenía 40 CV más que el Evolution I.
Como su nombre lo indica, el Evolution II estaba equipado con un motor turbo de cuatro cilindros y 2.5 litros (el del Evolution I era de 2.3 L) que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos… un buen tiempo para los años 90. A eso se le sumaba un enorme alerón, que le brindaba 57,1 kilos de carga negativa al eje trasero.
Las mejoras continuaron, ya que cuando la marca recibió el visto bueno para participar del certamen alemán de turismo (DTM),los ingenieros de la división AMG realizaron los ajustes necesarios para obtener 373 caballos, utilizando la misma planta motriz.
Sus primeros años en el DTM
El 16 de junio de 1990 los flamantes 190 E 2.5-16 Evolution II, que sumaban varios entre el equipo oficial y algunos privados, debutaron en el DTM, nada menos que en el circuito de Nürburgring. Tres meses después comenzaron a ganar.
En la temporada 1991 los bólidos de Stuttgart lograron el subcampeonato con el hábil piloto Klaus Ludwig, algo que en Mercedes-Benz se vivió como un fracaso. Sin embargo, al año siguiente el mismo Ludwig logró el título, en una temporada en la que la marca acumuló 16 triunfos en 24 competencias.
El Santo Grial
El Evolution II es un ejemplar sumamente escaso, por lo que encontrar alguna de las apenas 502 unidades producidas es el sueño de muchos coleccionistas del mundo. Es casi como pretender hallar el Santo Grial, porque muchas de las unidades no fueron adquiridas para usarse en las calles sino para los autódromos, lo que tuvo como consecuencia que la mayoría de estas máquinas poderosas, compradas por pilotos amateurs, resultaran destruidas y sus piezas utilizadas en distintos proyectos. La escasez motivó la proliferación de réplicas, realizadas sobre los 190 E estándar, para de algún modo satisfacer el apetito de los fanáticos.
Por lo tanto, es lógico que un 190 E 2.5-16 Evolution II original cueste mucho dinero: está entre 185 mil y 250 mil euros en casas de subastas europeas, un monto elevado que se justifica por la exclusividad y rareza de esta bestia negra.