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Vespa, un ícono de la moda de todos los tiempos

Repasamos la historia de la famosa marca de motos italiana.

Vespa, un ícono de la moda de todos los tiempos

Como muchas otras marcas históricas, Vespa nació de la oportunidad del momento, de la necesidad e incluso de la destrucción. Rinaldo Piaggio, su fundador, comenzó sus andanzas en 1884 fabricando locomotoras y vagones de tren, acciones que fueron parte de los inicios de muchas marcas automotrices que en un comienzo poco o nada tenían que ver con los vehículos.

Piaggio continuó con su negocio hasta la Primera Guerra Mundial, cuando pasó a la industria aeronáutica al producir aviones de combate, rama de la empresa que se mantiene hasta nuestra época con la Piaggio Aerospace. Para la Segunda Guerra Mundial su planta principal de Pontedera quedó destruida, al igual que la ciudad en sí. Entre tanto, a las de Génova y Finale Ligure no les fue mejor, por lo que se vislumbraba el cierre de la compañía.

El final de la década de los años cuarenta resultó de transición para el legado de Rinaldo Piaggio, quien derivó sus responsabilidades a sus hijos Enrico y Armando. Con este último centrado en la parte aérea, Enrico observó la devastación de su país y se dio cuenta de que una de las mayores necesidades estaba ligada a la movilidad y el transporte, pero obviamente había pocos recursos y el público no podía darse el lujo de compras ostentosas. Por lo tanto, acudió al ingeniero Renzo Spolti para que creara un concept, el cual se llamó "Paperino" -algo así como patito- pero la idea no terminó de gustarle.

La Vespa, 1946

Corradino D'Ascanio, el diseñador de la primera Vespa.

Tras el fallido emprendimiento con Spolti, Enrico acudió al ingeniero aeronáutico Corradino D´Ascanio, que si bien no tenía idea ni interés en el mundo de las motos decidió aventurarse en el proyecto. D´Ascanio desarrolló el producto y durante el primer trimestre de 1946 ya tenía un modelo hecho. Cuenta la leyenda que en la presentación de Corradino a Piaggio este último exclamó “Bella, mi sembra una Vespa”, que traducido al español sería algo así como “Bella, parece una avispa”. Esta idea fue la que se presentó en la primavera de ese mismo año en Roma, con gran expectativa y extrañeza por un producto tan revolucionario.

La primera Vespa no se parecía a nada de aquella época, ya que D´Ascanio utilizó su experiencia en aviones para dotar a la motoneta con elementos aeronáuticos. Por ejemplo, el neumático delantero es una clara referencia al tren de aterrizaje frontal de un avión, mientras que la carrocería envolvente de metal también evoca a una aeronave. Por otro lado, el metal que estaba sobre el eje trasero servía para disipar el calor del motor, y fue lo que le dio esa forma abultada tan característica de Vespa.

Lo que vio Enrico fue una zona trasera grande, una breve cintura y otra parte más delgada con “antenas”. Sí, como una avispa. Así fue concebida, bautizada y comercializada casi desde el primer momento. En resumen, en 1946 nació la Vespa MP6, propulsada con un modesto motor de 98cc, 3.2 CV y una velocidad máxima de 60 km/h.

Ya tenían un modelo atractivo, pero quizás lo que terminó de catapultar el éxito de la marca fue la forma de comunicar su producto, siendo incluyente en un mercado con la necesidad de moverse. Es decir, no apuntó a un nicho en particular sino a toda la población. De todas maneras, en sus primeras campañas publicitarias Enrico Piaggio apuntó al mercado femenino y particularmente a la clase trabajadora, lo que causó una gran aceptación para usuarios que solo la querían para moverse en la ciudad, ir de compras, de paseo y eventualmente convertirse en algo "de moda". Es que Vespa disfrutó de la misma fórmula del Volkswagen escarabajo, “el auto del pueblo”, ya que era simple, resistente y sencillo de reparar.

Un aspecto que le dio reconocimiento internacional a Vespa fue su aparición en el cine, tanto europeo como en el de Hollywood, en películas que iban desde la acción hasta la comedia y animaciones. El éxito fue tal que para el año 1956 Vespa alcanzó el millón de unidades producidas, mientras que en 1988 llegó a los 10 millones.

En todos estos años de crecimiento la compañía italiana realizó modelos muy especiales, que si bien no variaron mucho en cuanto a potencia sí lo hicieron en tecnología, ya sea en los pequeños bloques de 150 cc como en los 300 actuales. Uno de ellos fue el 150 TAP, hecho exclusivamente con fines militares y que montaba un cañón de 75 mm. Además creó motos de la competición, como la Rally y la 98 Corsa, y algún que otro extraño experimento, como la Montlhery y la Siluro.

El auto Vespa

Como en toda empresa exitosa las ideas (buenas o malas) comenzaron a fluir. Una de ellas se concretó en 1957, cuando se decidió crear el Vespa 400, un auto que se fabricó de la mano con la francesa ACMA (Ateliers de Constructions de Motos et Accessoires). Este vehículo llegó en el momento del “boom” de los compactos, como los Mini, FIAT y SEAT.

El 400 tenía presente el mismo concepto de las motonetas, algo muy sencillo mecánicamente y con dos asientos, un pequeño espacio atrás y un motor de 393 cc, que lograba 18 CV con una velocidad máxima de 90 km/h. Era la opción ideal para no mojarse en la lluvia y seguir utilizando un vehículo de la marca. Sin embargo, en el mercado no duró mucho. Aparentemente fue “boicoteado en casa”, ya que la propia FIAT (dueña de Vespa desde 1959) impidió que se desarrollara por temor a perder mercado con el FIAT 500. Si esto fue cierto o no no lo sabemos, pero si es un hecho que el Vespa 400 solo “vivió” tres años y luego se convirtió en un extraño auto de colección.

Un modelo más viejo que el 400 fue el Vespa / Piaggio Ape, que en un principio contó con motores de Vespa pero que fue un desarrollo de Piaggio. Este era un triciclo de carga nacido en 1948, cuando más se necesitaba de un transporte barato y resistente, y contaba con el bloque de 125 cc. Al igual que los primeros modelos de la marca, parecía una Vespa sobredimensionada, al contar con la misma horquilla delantera e iluminación.

Luego de que el Ape fuese tomado por la división Piaggio perdió glamour, al convertirse en un vehículo de carga que podía contar con una caja cerrada, pick-up o con la propia cabina techada. En el presente, el modelo se comercializa con un motor de 500 cc alimentado por nafta o Diésel y con una capacidad de carga en su caja de hasta 800 kilos.

A lo largo de su historia, Vespa cambió muy poco el diseño general de su moto, así como su construcción, aunque supo evolucionarla con el correr de los años. De todas maneras, ello no impidió que sea icónica y reconocida en todo el mundo. Hoy en día, con el modelo Elettrica, la marca italiana continúa con el desarrollo de su estilo atemporal, que enamoró a generaciones y que seguramente lo seguirá haciendo.

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