La normativa de emisiones Euro 7, que debía entrar en vigencia en Europa a partir del 1 de julio de 2025, y que ha encontrado fuerte oposición no solo entre gigantes automotores como los Grupos Stellantis y Volkswagen, sino también entre muchos de los países miembros de la Comunidad Europea (francia, Italia, Rumania, Hungría, Polonia, Rep. Checa y Bulgaria, entre otros), sigue generando polémica.
Esta vez, el Consejo de Ministros de Industria y Comercio del bloque de 27 miembros decidió postergar su implementación por dos años y rebajar sus estándares, lo que debe ratificarse por el parlamento europeo antes de fin de año.
Los países de la UE han pedido que se retrase en dos años la entrada en vigor de la nueva normativa: de 2025 a 2027 para vehículos ligeros nuevos, y de 2027 a 2029 para camiones y autobuses. Además, el acuerdo alcanzado relaja las exigencias de emisiones para los vehículos livianos y dejará los límites de la normativa Euro 6 en materia de partículas y para las pruebas de emisiones, mientras que los vehículos pesados deberán igualar las exigencias de los vehículos más pequeños.
El nuevo acuerdo busca suavizar la transición hacia la electrificación total, programada para 2035, pero aún así busca incorpora nuevas exigencias para la durabilidad de las baterías de los autos eléctricos e impone requisitos más estrictos sobre la vida útil de los vehículos, incluyendo frenos y neumáticos.
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