Con el auge de los autos eléctricos y los sistemas inteligentes de asistencia y comunicación, las empresas de tecnología empezaron a desarrollar y llevar sus propios autos a la calle. contando con ejemplos como Sony, Apple y Huawei, mientras que otros gigantes como Alibaba y Google prefirieron tomar un rol secundario como proveedores de sistemas operativos, lo que nos deja en claro que la relación entre los autos y la tecnología se está afianzando cada vez más.
Si bien hay varias marcas de tecnología que están compitiendo en esta "carrera" y alcanzando diferentes logros, hay una que tiene todas las fichas puestas: Xiaomi, que puso en las calles un auto eléctrico de producción masiva y de alto nivel casi por su cuenta.
Xiaomi SU7
Lei Jun, el CEO de la marca, tuvo que invertir 1.400 millones de dólares para el proyecto de "Xiaomi Automotive" en 2021, formando una alianza con el municipio de Beijing y adquiriendo los permisos para situarse en la zona de desarrollo tecnológico y económico, con el fin de abrir una fábrica de dos naves, que tiene una capacidad máxima de producción para 300 mil unidades. Además, la marca reclutó mucho personal, entre ellos algunos diseñadores que trabajaron en otras marcas. Como la fábrica aún no está lista, de momento la producción está en manos de BAIC, mientras que los proveedores de autopartes para el modelo son todos de alta reputación: Bosch, Brembo, Benteler, Continental, ZF, etc.
Pasaron tres años desde el inicio del proyecto, y el primer resultado final se llama SU7, un sedán desarrollado para apuntar a modelos como el Porsche Taycan y el Tesla Model S. Sus características son bastante destacables: entradas de aire activas, spoiler automático y un coeficiente aerodinámico de 0,195 cx, el más bajo de la industria. Si seguimos prestando atención a sus detalles, se destacan la suspensión neumática, una enorme pantalla de casi 16" con resolución 3K y hasta 16 asistencias a la conducción, sin contar el procesamiento de datos vía un SoC de Qualcomm y dos SoCs Nvidia Orin.
El SU7 por ahora tiene tres versiones, que se llaman como un smartphone: SU7, SU7 Pro y SU7 Max. Los dos primeros modelos usan un motor trasero de 295 CV y una arquitectura de 400 volts, mientras que el tercero tiene tracción AWD, un sistema de 800 volts y una potencia conjunta de 664 CV, que lo hacen alcanzar los 100 km/h en 2,78 segundos.
Las baterías son provistas por FinDreams (BYD) y CATL, con capacidades de entre 73,6 y 101 kWh, que le dan autonomías de entre 700 y 800 kilómetros, aunque en la homologación China, que es más generosa que la europea.
Impacto
El SU7 fue lanzado en los primeros meses de este año, con 50 mil reservas acumuladas en los primeros 30 minutos de anunciado, a un precio equivalente a 30 mil dólares para el "base" y 42 mil dólares para el Max. Es un precio alto, pero si lo miramos desde sus prestaciones, es casi la ganga del año. La estrategia es clara: poner tantos autos en la calle como sean posibles, respetando la filosofía de la marca de "buena relación calidad-precio".
Xiaomi se presentó en el Salón de Beijing, así que fuimos al stand de la marca, pero nos topamos con una fila larguísima e imposible de esperar, y por eso pensé en dejarlo para el segundo día, pero me encontré con el mismo problema, por lo que las únicas fotos que pudimos hacer fueron desde afuera. Ni siquiera pudimos sentarnos en el auto.
Pero lo más interesante de todo el suceso ni siquiera es el auto: saliendo de uno de los pabellones, me encuentro con un tumulto de gente corriendo, unas 20 personas que iban con teléfono en mano. Pensé que se trataba de algún personaje de la farándula china o un influencer, así que seguí al grupo, pero era imposible saber de quien se trataba. En medio de tanto caos, llegue a ver un hombre adulto, delgado, con una chomba amarilla, quien de vez en cuando saludaba a alguna cámara.
Después de seguirlo por un rato, el tumulto se dirigió hacia el stand de Xpeng, repletando por completo el lugar y generando un caos, y desde atrás, escuché a un chino que conversaba con una persona que tenía la misma pregunta que yo: ¿quién era la celebridad? El hombre era el mismísimo Lei Jun, el CEO de Xiaomi, que con total humildad solo andaba mirando los autos de la competencia. Al lado de figuras como Elon Musk, Lei Jun se ve confiable y tranquilo, aunque era protegido por algunos policías. Aun así, la gente no lo dejaba de seguir. Este suceso se repitió también al día siguiente: donde Lei Jun iba, se llenaba de gente, imposibilitando cualquier tipo de actividad.
Pero como sucede con todos los cultos...
Este furor por Xiaomi, sus productos y su figura principal no hace que todo sea positivo, ya que surgieron algunos inconvenientes con el primer modelo de la marca: retrasos de cuatro a siete meses en las entregas, problemas para la devolución del dinero a los clientes arrepentidos y fallos técnicos en los frenos, suspensión y sistemas de estabilidad, y parece que la marca está pasando por lo mismo que otros fabricantes y "start-ups" nuevas: construir un auto es fácil, pero hacerlo confiable y dominar su demanda es algo que requiere años y años de experiencia.
Parece que en Xiaomi se está replicando la narrativa de Tesla, de salir al mercado y resolver en la marcha los problemas, mientras que otras marcas buscaron ayuda en equipos un poco más experimentados, como Huawei o Sony. Como pudimos presenciar en el Salón de Beijing, el fanclub de Lei Jun parece ser el mejor blindaje ante estas turbulencias, de la misma manera que sucede con Elon Musk, y si consideramos que cada día los chinos están consumiendo muchos más productos locales, quien sabe si finalmente Xiaomi logre ponerse en la línea de Nio o BYD en unos años.