El Chevrolet Corvette es una leyenda del mundo automotriz a nivel mundial, lugar que ocupa junto a otros modelos estadounidenses como el Ford Mustang y el Dodge Viper; sin embargo, el último impulsó a General Motors a crear un auto que pudiera rivalizar contra el titán de 10 cilindros que Dodge había desarrollado. El resultado fue el Corvette ZR-12.
Cuando en 1991 el mundo vio al Dodge Viper, muchos se maravillaron con la forma en la que Dodge le inyectaba de nuevo pasión con un auto tan brutal. En aquel entonces su motor V10 producía 400 CV y 630 Nm de par, que para nuestros días parecen poco, pero en aquellos años era mucho, especialmente comparado con su peso y falta de controles electrónicos de tracción y de estabilidad.
Dodge Viper 1991
General Motors temió que el Viper culminara con su reinado por lo que de inmediato buscaron como subir la apuest y la solución que vieron sus ingenieros fue sumarle cuatro cilindros al motor que normalmente usaba el Corvette, y de paso superar al hijo pródigo de Dodge.
Para lograr su cometido Chevrolet primero envió un Corvette de cuarta generación a SportsFab, una preparadora en Michigan, donde se encargaron de estirar el chasis en 200 mm para poder acomodar un V12 de Ryan Falconer, fabricante de motores para barcos y camiones.
Ese gigantesco V12 era de 9.8 litros y producía 686 CV y 922 Nm, con lo que los 400 caballos del Viper quedaban completamente fuera del interés de los amantes del poder puro. Incluso esta bestia ganaba respecto del Corvette ZR-1, históricamente la versión más potente del deportivo que producía 405 CV.
General Motors estaba tan motivada que incluso en 1993 presentaron el auto ante un grupo pequeño de medios especializados para que pudieran manejarlo y darle retroalimentación a la marca. Las cifras, el sonido y la emoción que causaba eran más que suficientes para llevarlo a la vida. Desafortunadamente, el costo de producción era tan alto que sacaba de juego al precio final.
El costo del V12 estaba en torno de los 45.00 dólares, una cifra altísima para inicios de los 90s y que representaba casi el 80% del valor de un Corvette ZR1 de 1993. En aquel entonces el precio base de esa versión era de 66.828 dólares.
Con el paso del tiempo, el Dodge Viper encontró su propio nicho, mientras que el Corvette siguió su historia con diferentes versiones y generaciones. Hoy, en 2024, el Corvette sigue vivo mientras que el Viper terminó su historia en 2017.