La industria automotriz argentina tiene una larga trayectoria y muchos modelos icónicos, de los que ya hemos hablado en esta sección Autos Clásicos de Argentina, pero muchos desconocen que la Suzuki Grand Vitara se hizo acá.
Si bien la primera generación de la Vitara llegó a nuestro país como un vehículo importado, la segunda línea fue producida por General Motors en la Planta de General Alvear, Santa Fe, y era exportada a diversos mercados bajo diferentes nombres, entre ellos, Chevolet Tracker. Te contamos su historia.
Suzuki Vitara: origen
La Vitara nace en Japón como un curioso todoterreno de tamaño compacto (la variante de tres puertas era más corta que un FIAT Uno), que además de contar con un diseño simpático de líneas rectas, tenía características muy interesantes como un techo de lona desmontable (también podía ser uno rígido fijo), o tracción 4x4 con reductora, que lo volvían un vehículo ideal para uso fuera de caminos.
Las primeras Vitara llegaron a Argentina en carrocería de tres puertas (importada de Japón), mientras que las de cinco puertas eran importadas desde Estados Unidos y vendidas bajo el nombre “Suzuki Sidekick”.
Debido al éxito y las buenas cifras que había tenido la primera generación de la Vitara en Argentina, GM decidió invertir 20 millones de dólares para producir la segunda generación en nuestro país a partir del año 2000, y fue vendida bajo el ala de Suzuki o Chevrolet, ambas llamadas “Grand Vitara” y casi sin diferencias estéticas notorias.
Suzuki/Chevrolet Grand Vitara: cómo era
La segunda entrega de la Vitara seguía en cierto modo el formato de la primera con las carrocerías de tres o cinco puertas, pero presentaba un diseño más redondeado, denotado por las curvaturas en el capot y la parte delantera, la forma del techo, y la luneta curva.
En materia de diseño, ambos modelos contaban con luces delanteras más grandes y redondeadas que la anterior, que estaban interconectadas por un aplique cromado en la parte superior de la parrilla (también de mayor tamaño). Siguiendo su planteo “off-road”, la rueda de auxilio de la Grand Vitara estaba en el portón trasero y tenía un cobertor gris, que hacía juego con las partes bajas del vehículo. Otros elementos característicos de los todoterreno eran las barras del techo y el portón trasero con apertura lateral.
La simpleza del diseño interior de la Grand Vitara demostraba que estaba orientada a ser un todoterreno económico, pero aún así no le faltaban elementos de equipamiento, ya que contaba con:
- aire acondicionado
- dirección asistida
- levantavidrios eléctricos
- techo solar
- doble airbag
- ABS, entre otros.
En materia de motorizaciones, las Grand Vitara contaban con los siguientes impulsores en Argentina:
- 1.6 L naftero de 93 CV (G16B)
- 2.0 L naftero de 128 CV (J20A)
- 2.0 L turbodiésel de 87 CV (RF de origen Mazda)
- 2.0 L turbodiésel de 110 CV (HDi de origen Peugeot-Citroën).
Las mecánicas estaban asociadas a una transmisión manual de cinco relaciones o, en algunos pocos casos, una automática de cuatro. La parte interesante estaba en el sistema de tracción, ya que era 4x4 con reductora, ideal para todo tipo de terrenos.
Las Grand Vitara de segunda generación se mantuvieron en producción hasta 2008, y se fabricaron 35.278 unidades en total.
Suzuki Vitara: tercera y cuarta generación en Argentina
La siguiente generación de la Suzuki Grand Vitara (jIII) tuvo un paso interrumpido por Argentina, ya que fue importada desde Japón por GM hasta 2011, año en el que el grupo norteamericano se separó de la marca japonesa. En 2014, Indumotora retomó la importación de la Grand Vitara jIII, tarea que ejercieron hasta 2018.
Cuarta generación (New Vitara)
Por último, en 2016, se lanzó en Argentina una “cuarta generación” de la Vitara, que llegó a convivir con la variante “Grand”, y tenía un planteo más cercano al de un SUV urbano. La “New Vitara” contaba con un motor 1.6 de 120 CV que estaba acoplado a una transmisión manual de cinco relaciones (tracción delantera) o una automática de seis marchas (tracción integral).
En conclusión, la Grand Vitara es un ícono del off-road, y un clásico de Argentina; y aún se pueden ver algunas en las temporadas de verano en la costa argentina, andando por los médanos como los todoterrenos simpáticos y capaces que son.