Hay pocas cosas tan dolorosas de ver como los choques de autos superdeportivos, y si bien hay millones de casos, hay algunos que llaman mucho la atención, como el de esta Ferrari Purosangue en China.
Si bien la foto de portada solo muestra el motor, estás por ver lo más doloroso: si seguís bajando, vas a ver las imágenes del siniestro, en el que el SUV de la firma de Maranello se partió a la mitad, quedando la parte delantera separada del habitáculo y el resto del vehículo.
Si bien el choque es impactante y doloroso, lo que llama la atención es que, a unos metros del vehículo, podemos ver el glorioso motor V12 de 6.5L, que salió despedido al momento del siniestro, y como llovía, el dueño decidió protegerlo con un paraguas.
Los detalles sobre cómo fue el accidente son escasos, pero el estado del SUV italiano nos permite deducir que no iba despacio al momento del choque, y la velocidad o la aceleración junto con la calle mojada no se llevan muy bien. Además, si bien la Ferrari Purosangue cuenta con tracción integral, su sistema prioriza el eje trasero, por lo que un descuido con el acelerador podría resultar en un accidente.
Evidentemente ni el ESP (control de estabilidad) con modo específico para lluvia pudo salvar la situación, por eso accidentes como este sirven para recordar que tecnología no hacen magia, no pueden reescribir las reglas de la física, ni salvarte de ser... imprudente, temerario, o descuidado, por decirlo de alguna manera.