El paseo inagural que hará el futuro presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, el día 20 de enero coincide con el estreno de un nuevo y particular vehículo.
Siguiendo la tradición de las limusinas presidenciales desde hace ya casi un siglo, se trata de un modelo Cadillac. En efectos prácticos, esta nueva Cadillac Presidential Limousine es un bunker con ruedas y cuenta con todo lo necesario para que un presidente pueda cumplir sus funciones de Estado.
Para hacernos una idea de lo que puede pesar, los cristales son antibalas y las puertas miden 8 pulgadas de ancho. Traducido al sistema métrico, eso nos da más de 20 cm de grosor. Normal que la prensa bromee diciendo que aguantaría el impacto de un asteroide.
Basada en el chasis de los camionetas de gran tamaño de GM (3500HD), la Limusina Presidencial Cadillac, tiene diversas opciones que no encontrarás en el mercado tradicional. Su estructura es de aluminio, acero, titanio y cerámica, y sus puertas pesan tanto como las de un avión comercial Boeing 757.
Sus neumáticos son de kevlar con una estructura de aluminio reforzada, que lo hacen inertes a pinchazos o balazos. En tanto, el tanque de combustible posee un sistema de espuma, que evita que el transporte presidencial explote aun con balazos directos.
Las ventanas son más gruesas que las del vehículo de George W. Bush, y sólo la del asiento presidencial puede bajarse completa, el resto no son movibles, excepto la del chófer - entrenado por la CIA - que puede moverse 7 centímetros, para pagar los peajes y coordinar con el servicio secreto.
En cuanto a juguetes, nos encontramos con WiFi, computador portátil, teléfono satélite, linea directa al Pentagono y la CIA, y, asumimos, aire acondicionado y GPS. Llegar y llevar por un monto cercano al medio millón de dolares.