El país andino cuenta con grandes reservas de este metal liviano con el que se podrían producir baterías para 4.800 millones de estos vehículos alternativos.
El viento sopla en una planicie desértica de los Andes en Bolivia en la que hay una capa de sal de 10.100 kilómetros cuadrados.
En el salitral o salar de Uyuni, que se extiende hasta donde los volcanes se funden con el horizonte, hay tinas de plástico llenas de un líquido color esmeralda rico en litio.
Bloques de sal que llegan hasta la cintura están apilados alrededor de un estanque que refleja la luz del sol. Francisco Quisbert, un líder campesino indígena conocido como "Camarada Litio", se encuentra sentado dentro de una construcción de adobe en ruinas en el borde del desierto.
La reserva de litio sin explotar más grande del mundo -que contiene suficiente del metal para fabricar baterías para más de 4.800 millones de automóviles eléctricos- se encuentra justo debajo de los pies de Quisbert, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
La industria automovilística planea lanzar docenas de modelos eléctricos que funcionan con baterías de litio en los próximos tres años.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo que, "su país puede convertirse en uno de los mayores proveedores de litio del mundo, lo que convertiría a la nación de 10 millones de habitantes en un importante actor en la campaña para reducir el uso de combustibles fósiles".
Pese a tener reservas masivas, Bolivia nunca ha construido una mina de litio. "El litio es la esperanza no sólo de Bolivia sino del resto de los habitantes del planeta", dijo Morales.