Simplemente M
El significado de ésta letra en BMW hace referencia a la quinta esencia del poder y el desempeño al más alto nivel en un vehículo de producción, si a esa M le sumamos el número seis, el resultado es el vehículo más extravagante de BMW. Y para completar el cuadro, el M6 que hoy nos atañe no tiene techo, dicho en otras palabras, pudimos conocer y manejar a fondo el vehículo más exótico de la línea de BMW, el M6 Convertible.
Antes de comenzar hagamos un poco de historia de este vehículo. Sus inicios se remontan a 1983 cuando se presentó el (E24), un Coupé de generosas dimensiones con una motorización derivada del M1, muy potente para la época, entre 256 a 282 caballos que hoy pueden parecer pocos, pero en 1983 era una locura de poder. El primer M6 se vendió hasta 1989.
La segunda generación del M6 aparece en 2005 y se trató de un Coupé (E63) de generosas dimensiones y en esta ocasión se adicionó un convertible (E64), bajo el capot se encontraba el descomunal motor V10 de 500 CV y compartía todos los elementos mecánicos con el M5. Su comercialización terminó en el 2010.
Para la nueva generación hubo que esperar casi tres años, pero valió la pena, ya que ahora el fabricante alemán nos trae de nuevo dos conformaciones de carrocería, el Coupé (F12) y el convertible (F13). Ambos vehículos están dotados de un eficiente motor V8 de 4.4 litros con dos turbos y 560 caballos, más del doble de poder que en la primera generación de 1983.
Diseño
Los laterales en una clara forma de cuña, con la parte delantera baja y afilada le dan un aspecto fluido y la limpieza de formas es notoria, no hay extravagantes aristas como en otros convertibles de la marca, solo un par de líneas de carácter nacen entre el guardabarro delantero hacia la parte trasera que acrecientan el impacto visual.
La parte delantera está caracterizada por enormes tomas de dinámicas, en la parte baja y media para proveer aire al sistema de doble turbo, así como canalizar una buena parte del flujo hacia los ductos de frenos, que mantendrán el sistema fresco en altas velocidades.
La característica parrilla ha dejado a un lado la forma ovoide para dar paso a un par de trapecios asimétricos, flanqueados por la óptica principal que también es de formas caprichosas. Todo esto es en pro de la buena penetración del viento, recordemos que además de ser bello debe ser aerodinámicamente eficiente en aras del buen consumo de combustible.
La parte trasera es bastante limpia, solo se destacan tres elementos, la tercera luz de freno ahogada en la tapa del baúl, el emblema de BMW (que acoge a la cámara de reversa) y por último los cuatro tubos de escape, una característica inconfundible más de un producto M. Todo está rematado por unas enormes llantas de aleación de aluminio forjado de 19 pulgadas.
El Alma
Bajo el capot encontramos un V8 de 4.4 litros con inyección directa de nafta, la asistencia de dos turbos (uno para cada bloque de cilindros) y sistema VALVETRONIC de admisión variable. Pese a ser más pequeño en número de cilindros y en desplazamiento que la generación anterior, que portaba un V10 de 5.0 litros, es un 30% más eficiente.
El motor está acoplado a una trasmisión de siete cambios denominada 7M-DCT (Dual Clutch Transmission) con accionamiento completamente automático o manual con las levas ubicadas detrás del volante. La fuerza torsional es enviada al eje posterior y es recibida por un diferencial también firmado por M.
No todo el M6 es fuerza bruta, el bastidor ha sido cuidadosamente afinado para recibir los componentes de alto desempeño provenientes del M5, las suspensión está dotada del DDC (Dynamic Damper Control) que ofrece tres grados de firmeza; Confort, Sport y Sport Plus seleccionables mediante un botón ubicado junto a la palanca de cambios, que más bien parece un joystick. Además del control electro hidráulico de la amortiguación el M6 está dotado de un arsenal de sistemas de control, el DSC (Dynamic Stability Control) regula la tracción, el ABS (Anti-lock- Braking System) evita el bloqueo de frenos, el CBC (Cornering Brake Control) asiste en frenado en curvas y el DBC (Dynamic Brake Control), que literalmente “acerca” las pastillas de freno al disco cuando el conductor levanta el pie del acelerador, haciendo mucho más rápido el contacto de las mismas con el disco flotante de los frenos.
Modo M
Además de todos estos sistemas de control de rodaje, el conductor del M6 cuenta con el MDM (M Dynamic Mode) que se acciona mediante uno de los dos botones localizados en el brazo izquierdo del volante. Marcados como M1 y M2, con la primera configuración la puesta apunto de todo el M6 se modifica con un modo deportivo, la respuesta de la dirección es más firme y la amortiguación es más rígida, con la segunda opción, el conductor puede modificar hasta seis parámetros del comportamiento dinámico del M6, por ejemplo para uso en pista, se puede alterar la respuesta de la transmisión, la gestión del motor para exprimirle todo el poder al V8, se desconecta el DSC y el DDC, se coloca en Sport-plus, también se modifica la información proyectada en el parabrisas mediante el Head Up Display.
El Interior
Después de leer toda la información tecnológica con la que cuenta el M6, es fácil pensar que el interior será espartano como el de un auto de competición, nada más equivocado, el conductor del M6 puede acceder a toda esta tecnología que le permite al M6 ser un monstruo devorador de caminos, sentado en una cómoda “butaca” forrada en fino cuero, con accionamiento eléctrico de posiciones, calefacción y ventilación.
El enorme tablero da cabida a los espartanos instrumentos y en el centro se encuentra la pantalla LCD que muestra la cartografía del GPS y todos los demás ajustes del vehículo comandados desde el polémico iDrive, que pese a haber sido mejorado, aún es poco intuitivo y hay que gastar muchas horas en su comprensión.
El M6 está pensado para quien le gusta viajar acompañado por otras tres personas, su habitáculo es espacioso y cómodo, sin dejar a un lado lo lujoso. La buena calidad de materiales, como el cuero, plásticos y fibra de carbono está perfectamente conjugada brindando una atmosfera premium, sin caer en lo ostentoso de otras marcas.
Por el lado de conectividad cuenta con el BMW ConnectedDrive que permite el enlace con teléfonos celulares y con dispositivos de almacenamiento externos y reproducir la música en el sistema Hi-Fi firmado por Bang & Olufsen.
El manejo
Para otorgarle vida hay que presionar un botón de arranque, es prudente comentar que junto a éste botón se aloja también el interruptor del dispositivo Start and Stop del motor, que se detiene en semáforos o en largas detenciones en momentos de intenso tránsito, así el M6 contamina y consume menos.
El ronroneo del motor es muy característico, el accionamiento de la transmisión es un poco confuso, mi primer examen con el M6 lo reprobé, el simple hecho colocarlo en Drive me resultó complejo.
Una vez en marcha y siguiendo las instrucciones del GPS para llegar a una ruta desierta y sinuosa en donde saldrían a relucir todas las virtudes del M6, la puesta a punto de la suspensión es perfecta, en el modo “Confort” se desplaza con la suavidad de un Serie 7 Largo, los cambios en la transmisión en modo automático son prácticamente imperceptibles y gracias al doble turbo, el torque está presente y disponible en prácticamente todo el rango de revoluciones.
La penetración aerodinámica es maravillosa, el aislamiento de lo que pasa fuera es increíble, al circular con la capota colocada no hay sonidos de viento, incluso el rodamiento es mucho más silencioso que en el Gran Coupé, probado también en este mismo viaje.
Por fin el GPS nos anuncia que llegamos al destino, es momento de abrir la capota, que toma más o menos medio minuto en plegarse, y de posicionar la puesta apunto del M6 en el modo M1 de manejo.
Aquí los cambios son completamente manuales, hay que cuidar el nivel de revoluciones, sino, el cerebro electrónico de la caja nos castigará con un corte de inyección. La aceleración es constante y contundente, al grado que en tercera ya circulamos a 180 km/h ¡Ojo, es una ruta en California y estos promedios no les encantan a la Policía local! – creo que la gente de BMW North America ya había pactado con ellos, ya que en todo el trayecto sinuoso no vimos ninguna patrulla y los mismos organizadores nos hicieron la invitación de probar las bondades del M6 con precaución, pero nunca mencionaron límites de velocidad, así que pecando de ingenuo, decidí usar todos y cada uno de los 560 CV disponibles.
La rigidez estructural del M6 convertible es perfecta, el control es preciso, como en un vehículo cerrado y no se nota ningún esfuerzo torsional aunque se abuse en las curvas, en los autos descapotados es muy común percibir una vibración en el marco del parabrisas, en el M6 es imperceptible.
El trabajo de la caja de cambios es impecable, incluso cuando se llega a una zona sinuosa, al bajar uno o dos cambios para apuntar a una curva, la gestión electrónica hace un “Kick-down” o punta taco, que no es otra cosa que dar un corto acelerón entre cambio y cambio para elevar un poco el rango de rpm y que al engranarse la velocidad inferior, el torque no se vea comprometido.
Lo interesante del M6 es que aùn con un manejo deportivo los consumos se encuentran muy por debajo de su predecesor que portaba un V10. Las nuevas configuraciones de motor, la inteligente adición de asistencias como el sistema de doble turbo, los materiales ligeros y la electrónica hacen lo que era impensable años atrás, desplazamientos y consumos contenidos que nos brindan potencias descomunales.
BMW M6 Convertible:
Motor
V8 Nafta 4.395 cc.
Inyección directa, doble VALVETRONIC y dos turbos
Potencia: 560 CV de 6.000–7.000 rpm.
Torque: 678 Nm entre 1.500–5.750 rpm.
Aceleración
0 – 100 km/h: 4.3 segundos.
0 - 200 km/h: 13.1 segundos.
Velocidad máxima: 250 km/h Autolimitada (305 km/h con M Driver’s Package).
Consumo promedio: 10.3 L/100 kilómetros.
Emisiones de CO2: 239 g/km.
BMW M6 Convertible 2013